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El Club Nàutic de Cala Gamba se prepara para el encuentro de vela tradicional más grande de su historia con el desarrollo de la XXIII Diada de Vela Latina de Mallorca, que entre este viernes y el domingo congregará en la Bahía de Palma a 52 botes y llaüts tradicionales.

La inscripción supera en doce unidades la registrada en la edición del año pasado, en la que ya se consideró que la Diada de Vela Latina había superado todas sus marcas de participación.

«Estamos muy contentos con la respuesta de la flota. Hemos visto cómo cada año aumentaba el interés, pero rebasar el medio centenar de embarcaciones es algo que está por encima de nuestra mejores expectativas”, ha afirmado el director del Club Nàutico de Cala Gamba y máximo responsable de la organización, Joan Marc Rigo.

El “secreto” del creciente éxito de la Diada, según Rigo, es que se trata de “un acontecimiento abierto en el que convergen diferentes maneras de entender la navegación” y donde el denominador común es “la pasión por la mar y la vela latina”.

Entre las embarcaciones que transformarán Cala Gamba en un museo flotante -en representación de Mallorca, Menorca e Ibiza- se encuentran verdaderas joyas del patrimonio naval balear, cuatro de las cuales tienen más de 100 años.
Tal es el caso del bote “Callao” (1893), propiedad del arqueólogo y escritor Bernat Oliver; y los llaüts “San Antonio de Padua” (1911), de Xavier Mulet; “N’Eolo” (1915), de Antoni Josep Borrás, y “Na Paquita” (1910).

La competición del domingo conmemorará los 500 años de la partida de la primera vuelta al mundo, una expedición completada por el marino Juan Sebastián Elcano.

La XXIII Diada de Vela Latina se suma así a los actos organizados por la Comisión del Quinto Centenario y la Confederación Española de Asociaciones de Clubes Náuticos (CEACNA) para divulgar esta gesta marítima que cambió el curso de la historia.