Los hijos de Blanca Fernández Ochoa, David Fresneda, y Olivia Fresneda, en la capilla ardiente de la fallecida medallista olímpica, instalada en el tanatorio de Cercedilla . | Efe

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Los hijos de Blanca Fernández Ochoa, Olivia y David Fresneda, se despiden de su madre a través de una emotiva carta que ha publicado la revista Semana.

Días después de que su madre apareciese muerta en la Sierra de Guadarrama han querido decirle adiós públicamente. «Mami, seré breve porque nunca tendré palabras suficientes para explicar el vacío que sentimos ahora mismo Olivia y yo, y lo que por desgracia ahora ya no tenemos», escribe David, de 19 años.

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«Lucharemos todos los días de nuestra vida para que te sientas orgullosa de, como tu decías, tus dos medallas valiosas. Estés donde estés, queremos que sepas que siempre estarás en nuestro corazón», añade el joven. También ha aprovechado para describir a su madre: «También decirte que jamás olvidaremos esa preciosa forma de mostrarnos tu felicidad, tu cariño, tu amor hacia nosotros y tu eterna sonrisa, que por suerte hemos heredado. Mami, nos quedan muchísimas cosas por decirte, por compartir contigo, pero nos harían falta tantas horas, tantas páginas, que te las iremos contamos por el camino».

Por su parte, Olivia, la hija mayor de la esquiadora, también ha querido dedicarle unas palabras a su madre. «Mami, nunca pensamos que este momento iba a llegar o, por lo menos, que no iba a estar tan cerca. Esto, sinceramente, es una puta mierda. ¿A quién le vamos a contar las cosas ahora?», se pregunta la joven. «Queremos que te quede claro que todo lo bueno que nos pase a partir de ahora será gracias a ti. Gracias por todo lo que has hecho por nosotros, nos has dado la vida y ahora nos toca a nosotros vivirla por ti. Te prometo que vamos a lucharlo todo, absolutamente todo. Y cuando no nos queden fuerzas vamos a seguir por ti. David y yo vamos a seguir», dice la jugadora de la selección de rugby.

«Queremos pensar que todo va a salir bien, pero tenemos miedo, mami. Aunque tú nos enseñaste que con el miedo no se va a ningún lado, hay que echarle dos cojones. No sé si te lo habíamos contado ya o no, pero creemos en el destino. Si nos ha pasado ahora esto es porque algo muy muy muy muy bueno va a llegar pronto. Una de cal y otra de arena, ¿no? Sabemos que no te has ido. Tu parte física puede que sí, pero la parte realmente importante no se va a ir nunca jamás. ¿Qué serás en tu otra vida? Como tú decías: ‘En mi otra vida quiero ser ganadera de toros bravos' Seguro que sí, mami. Solo queremos que seas igual de feliz que como lo eras con nosotros, estés donde estés», se despide Olivia.