Julian Alaphilippe celebra su victoria en la meta de San Remo.

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El francés Julian Alaphilippe (Quick-Step) conquistó este sábado al esprint la clásica italiana Milán-San Remo, primer monumento de la temporada ciclista, sobre un recorrido de 291 kilómetros, en la que el campeón mundial, el español Alejandro Valverde (Movistar), acabó séptimo. El mallorquín Lluís Mas (Movistar) entró en el puesto 93º, a 3:11 del ganador.

En una «Classicissima» vibrante, Alaphilippe, reciente ganador de la Strade Bianche y de dos etapas de la Tirreno-Adriático, triunfó en 6 horas, 40 minutos y 14 segundos, por delante del belga Oliver Naesen (AG2R) y del polaco Michal Kwiatkowski (Sky). Fue un esprint final de alto voltaje, con todos los grandes protagonistas en la pelea. El triple campeón mundial eslovaco Peter Sagan (Bora) acabó cuarto, con Valverde séptimo y Vincenzo Nibali (Bahrain) octavo.

Finalmente Alaphilippe, tercero en esta prueba en 2017, se hizo con la corona en Vía Roma, donde está puesta la línea de meta, y confirmó su grandísimo momento de forma. La «Classicissima» de primavera se abrió a las 10.12 locales (9.12 GMT) en Milán, con diez de los 175 corredores participantes que se escaparon tras apenas seis kilómetros, con el objetivo de aprovechar el primer tramo, largo y plano (20 kilómetros), para buscar protagonismo.

El que más aguantó al frente fue el italiano Fausto Masnada (Androni Giocattoli), quien llegó por delante hasta Liguria, donde se abrieron las icónicas subidas a los «Capi», con el Capo Mele, el Capo Cervo y el Capo Berta, todos en el espacio de menos de 15 kilómetros. Los sueños de gloria de Masnada se acabaron precisamente tras los «Capi», cuando el grupo, que hasta ese momento había gestionado energías a la espera de las escaladas clave al Cipressa y al Poggio de San Remo, le alcanzó definitivamente. Había empezado la subida a Cipressa, a 25 kilómetros de la línea de meta, cuando el pelotón se juntó. Llegaba el momento decisivo y, tras llegar a la cumbre del cerro, fue Niccoló Bonifazio (Direct Énergie) quien atacó en la bajada.

El corredor de Cúneo, una ciudad al confín entre Piamonte y Liguria, conocía perfectamente esas carreteras y bajó a altísima velocidad, pero nada pudo hacer para contener al grupo en la zona plana que precedió el Poggio de San Remo. Alaphilippe, Valverde, el colombiano Fernando Gaviria (UAE), el belga Greg Van Avermaet (CCC), Nibali (Bahrain) o el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) se hicieron poco a poco con las primeras posiciones del grupo, preparando el momento adecuado para lanzarse a por la victoria.

El vigente campeón de la Strade Bianche, Alaphilippe, fue el primero en dar señales agresivos, aunque Valverde, Sagan y los demás «grandes» no le permitieron escaparse.
Lo intentó también Matteo Trentin (Mitchelton-Scott), perseguido por Van Avermaet, pero los corredores llegaron juntos a los últimos dos kilómetros, con la carrera que sonreía a los velocistas.

En el tramo final atacó Matej Mohoric (Bahrain) y Alaphilippe lo aprovechó para pegarse a su rueda y, tras un tremendo esprint empezado a 300 metros de la meta, levantó los brazos al cielo por delante de Naesen y de Kwiatkowski. Sagan rozó el podio gracias a una gran remontada en los últimos metros, después de que se quedara en séptima posición a 150 metros de la meta. Gran victoria para un Alaphilippe que ya en la Tirreno-Adriático había dado muestra de su competitividad en los esprint de grupo y que ya lleva siete victorias en esta temporada ciclista.