Alba Torrens mostrando su medalla de plata a su llegada al aeropuerto de Son Sant Joan. | Teresa Ayuga

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Alba Torrens llegó este martes a la Isla portando su medalla de plata ganada por la selección española de baloncesto en el mundial celebrado en Turquia.

La de Binissalem aterrizó en Mallorca para descansar unos días antes de poner rumbo el domingo a Ekaterimburgo para iniciar una nueva etapa en la liga rusa.

La derrota en la final ante Estados Unidos es una de las más dulces de su carrera, ya que el sinsabor apenas duró unos segundos. «La medalla cada día sabe un poco mejor», explica Alba. «En el momento acabas de perder una final, pero luego piensas en lo que se ha hecho durante el campeonato y lo que se ha conseguido, y es para que todas estemos muy contentas. Se ha hecho historia, pero, sobre todo, me quedaría en la manera en la que se ha conseguido la medalla», analiza la mallorquina, que también pone en valor el juego desplegado por el equipo de Lucas Mondelo.

Esquiva las comparaciones con la selección masculina y recalca que «no creo que esta medalla sea una reivindicación». «En los últimos diez años se está demostrando un buen trabajo y la medalla supone más motivación para trabajar. Hemos puesto el listón alto y ahora hay que seguir en este nivel», dice.