Las primeras imágenes de Javier ‘Bubi’ Sansó en tierra firme tras ser rescatado fueron tomadas en la base aérea de Lajes en Terceira en las Azores (Portugal). | RUI CARIA

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Descansando, en buenas condiciones físicas y tranquilo se encuentra Javier ‘Bubi’ Sansó en la isla de Terceira en las Azores (Portugal). El patrón mallorquín del Acciona, que naufragó el pasado domingo a falta de unos pocos días para culminar la Vendée Globe tras dos meses y 25 días de navegación en solitario, dispone de un margen para reposar tras el gran sobresalto, pero ya ha dejado entrever su intención de enfrascarse cuanto antes en la operación de rescate de la embarcación.

«A partir de ahora, y tras el preceptivo descanso, se trata de preparar con mi equipo la operación de recuperación del barco y así, entre otras cosas, poder evaluar con toda exactitud qué es lo que ha pasado», explica Bubi Sansó en la página oficial del Acciona Sailing Team desde la base aérea de Lajes en Terceira.

Tras digerir el maltrago, Bubi Sansó solo tiene palabras de agradecimiento para las personas implicadas en su operación de rescate. «Quiero agradecer en primer lugar a Acciona, a mi equipo, y a la organización de la regata por la celeridad con la que manejaron la emergencia, y sobre todo al Servicio de Salvamento Marítimo por la impecable operación de rescate en el límite operativo de autonomía del helicóptero», comenta.

Sansó se encuentra bien de moral y en declaraciones facilitadas por su equipo comenta que «anímicamente estoy muy bien porque los objetivos del Acciona EcoPowered se han cumplido casi en su totalidad». «Es una pena no haber acabado, pero ha quedado demostrado que se puede hacer con un barco 100% ecoeficiente. Ese era nuestro objetivo principal y ese es el objetivo que ha quedado», añade.

Orgulloso

El regatista mallorquín subraya que «hemos dado la vuelta al Mundo y el equipo puede estar muy orgulloso del trabajo realizado durante estos tres años. Ahora hay que seguir investigando», comenta Bubi.

Los momentos más críticos durante el naufragio llegaron con el mallorquín nadando en el Atlántico. «Pude nadar hasta el espejo de popa y activar la balsa salvavidas, donde embarqué. Permanecí en ella durante toda la tarde hasta entrada la noche. Debido a la fuerte marejada no fui capaz de amarrarme al barco con lo que rápidamente empecé a alejarme de él».

Tras seis horas de espera en la balsa, el mallorquín comenzó a sentir alivio. «A las 18.00 avisté el avión de Salvamento e hice señales con una bengala. El avistamiento me tranquilizó y me dio la confianza de saber que todo funcionaba y que se estaba gestionando la emergencia correctamente».

Sin embargo, aún tuvo que esperar un buen rato hasta que cristalizó el rescate. «Sobre las 23.55 oí ruido de motores y observé un helicóptero maniobrando en las inmediaciones del barco, alejado de mi posición unas dos millas. La noche era muy cerrada y dudé de que me avistaran. Tras encender mi última bengala el helicóptero se dirigió hacia mí, un nadador de rescate saltó al agua y me colocaron un arnés para ser izado», dice.

Apoyo

Las muestras de apoyo al regatista mallorquín se han sucedido a través de las redes sociales y también desde la Isla, donde la Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB) ha enviado una carta para brindarle su respaldo a Sansó, que cabe recordar que compite en el Acciona con grímpola del Club de Mar Mallorca. «Este suceso fortuito no puede empañar la impresionante travesía», expresa el comunicado de la ACNB, que resalta el hito del balear de competir en un proyecto pionero al no usar combustibles fósiles. «Sansó es un ejemplo por sus aptitudes para la navegación y por su valor a la hora de enfrentarse a la regata más dura del planeta», concluye.