El centrocampista 'manacorí' Albert Riera trata de marcharse de un futbolista rival durante un partido con el Galatasaray turco.

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El fútbol mallorquín ya no conoce barreras. Sigue derribando complejos y fronteras el balompié de la Isla, que en plena era de la globalización ha conseguido extender sus tentáculos por medio mundo en busca de oportunidades, reconocimiento y prestigio. En total, casi una veintena de jugadores y técnicos profesionales se encuentran repartidos esta temporada por campeonatos europeos y asiáticos tratando de dejar su sello a pie de campo mientras descubren y disfrutan una serie de países y culturas a las que el balón les ha dado acceso de forma muy diferente.

El pelotón de jugadores mallorquines cuenta desde hace unos años con varios especialistas en fútbol internacional. El mejor ejemplo lo encarna Albert Riera, que ha conocido ya los entresijos de hasta de cinco campeonatos distintos. Dejó el Mallorca en 2003 para disputar la Ligue 1 francesa con el Girondins y desde entonces ha desfilado también por la Premier League (Manchester City y Liverpool), por la Superliga de Grecia (Olympiacos) o por la máxima categoría turca, por la que sigue paseando su clase empotrado en las filas del histórico Galatasaray. El manacorí , que también ha sido internacional con España, ha sabido reciclarse en Estambul y tras conquistar el título de Liga la temporada pasada espera seguir cosechando éxitos en el Türk Telekom Arena.

Su hermano, Sito, también acumula un montón de kilómetros lejos del fútbol español. Tras formarse en las categorías inferiores de Barcelona y Espanyol, el mallorquín se instaló en Grecia entre 2009 y 2011 (Panthrakikos y Panionios), antes de firmar el pasado verano con el Chernomorets Odessa de la Premier League de Ucrania. Pese a que una lesión ha limitado su rendimiento en la primera parte de la temporada, confía en mantenerse sobre la buena senda en cuanto se reactive el campeonato en marzo.

Mala experiencia

A orillas del Mar Negro y junto a Sito Riera convive Martí Crespí, que no he tenido demasiado fortuna en su aventura ucraniana. El pobler se comprometió tres campañas con el Chernomorets después de que se extinguiera su contrato con el Mallorca, pero el club le dio la espalda al conocer que era asmático y trata de resolver ahora un conflicto que amenaza con dejarle toda la temporada en blanco. De momento, está citado para regresar el próximo día 8 y participar en la pretemporada que realizará su equipo en Turquía.

Muy distinta es la situación de su paisano y amigo Iván Ramis, que lleva medio ejercicio divirtiéndose por los campos de la Premier. Enrolado en el Wigan de Roberto Martínez -antes había estado a punto de fichar por el West Ham y hace unos años ya había sido tentado por el Celtic de Glasgow-, el central pelea por conseguir la permanencia con los latics y ayer, sin ir más lejos, abría la goleada de su equipo en Villa Park (0-3) tras recibir una asistencia de Beasejour.

El futbolista mallorquín que ha elegido un destino más exótico es Xisco Muñoz, quien tras tocar el cielo con el Valencia y vestir las camisetas de Recreativo, Tenerife, Betis o Levante tomó asiento en la Umaglesi Liga en 2011. El de Manacor, además de ejercer como la estrella del Dinamo Tbilisi y de liderar con cierta solvencia el campeonato de Georgia, es el máximo goleador del torneo con 17 dianas.

Entre los nuevos emigrantes isleños sobresalen también otros dos defensas: Juanan González y Pau Cendrós. En el caso del primero, paladea las excelencias de la Bundesliga con el Fortuna Dusseldorf tras pasar por el Madrid, donde trabajó con Pellegrini y debutó a las órdenes de Mourinho. Pese a su irregular inicio, ha ido ganando protagonisimo. Tanto, que su club ya le ha renovado hasta 2015. Se esfuerza por aprender el idioma gracias a las intensivas clases que recibe y se adapta con rapidez a la vida germana gracias al apoyo y la cercanía de otros españoles como Álvaro Domínguez (Monchengladbach), Dani Carvajal (Leverkusen) y Sergio Escudero (Schalke), de los que se rodea a diario en su nueva residencia.

Pau Cendrós, por su parte, también cuenta con el calor de los españoles Melli y César Arzo durante su travesía por el fútbol belga con el KAA Gent. Aunque un cambio de entrenador ha reducido su presencia en el once, empezó jugando habitualmente (lo hizo incluso de lateral izquierdo), ha trasladado al vestuario de su club esa alegría que tanto añoran estos días en Son Moix y ya se ha ganado el cariño y respeto de sus compañeros.

La nómina de mallorquines por el mundo la completan otros futbolistas con un amplio recorrido lejos de los campos españoles. Como Guillem Vallori (Munich 1860 y antes Grasshopper), Xisco Jiménez (pertenece todavía a la disciplina del Newcastle), Toni González (AEL Kalloni y antes PAOK, Ionikos, Doxa Drama y Laris) o Guillem Bauzá, Busy (Exeter y con anterioridad Swansea, Hereford y Northampton Town). El talento se expande.