Video resumen de la espectacular ceremonia de color, música, magia y sentido del humor inauguró los Juegos Olímpicos de Londres 2012. | Youtube

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Una espectacular ceremonia de color, música, magia y sentido del humor inauguró los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en la que no faltó nada de lo que caracteriza al Reino Unido, desde la revolución industrial, las libertades individuales, James Bond, Paul McCartney y la misma reina Isabel II.

La llama olímpica fue portada al Estadio de Stratford por el británico Steve Redgrave, campeón de remo, que la entregó a siete jóvenes encargados de llevarla al centro del campo para encender un pebetero gigante formado por 204 pétalos mientras una explosión de fuegos artificiales iluminaba el cielo de la villa olímpica.

Con «Hey Jude» y después de que los 62.000 espectadores le acompañaran con el «na, na, na» de la famosa canción de los Beatles, Paul McCartney dio por clausurada una ceremonia que reflejó toda la diversidad y el dinamismo de Londres, sede los trigésimos juegos olímpicos de la era moderna hasta el próximo 12 de agosto.

Antes de que la Reina los diera por inaugurados, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, destacó que los Juegos vuelven al país donde nacieron los juegos modernos y donde se incorporó por primera vez el deporte en los programas educativos.

Como si se tratara de un musical, el espectáculo, a cargo del director de cine Danny Boyle, hizo un repaso de la historia de este país, con la ayuda de miles de voluntarios, famosos, escritores, músicos y hasta la reina, que por primera vez se representó a sí misma en una filmación.

La película, proyectada en la ceremonia, recreó la salida de la soberana del palacio de Buckingham junto a Daniel Craig como James Bond, con quien abordó un helicóptero que la transportó hasta la villa olímpica.

Una vez en el estadio, la reina -aunque esta vez interpretada por un actor- se lanzó junto al agente 007 desde el helicóptero. Poco después, la soberana de carne y hueso, de 86 años y que acaba de cumplir seis décadas en el trono, hizo su entrada en el Estadio Olímpico acompañada de su esposo, el duque de Edimburgo, en medio de una explosión de aplausos de los espectadores.

Antes de la llegada de la Reina y que se cantase el himno nacional, el estadio fue invadido por cientos de voluntarios con trajes de campo del siglo XIX, que bailando y saltando mostraron la transformación del país, del campo a la vida industrial, mientras chimeneas de fábricas iban surgiendo en el centro del Estadio.

En la campiña ficticia se colocaron ovejas, caballos, gallinas, vacas, cabras y varios perros y gansos, y tampoco faltaron casitas de campo con sus chimeneas y molinos de agua.

Entre un evento musical y otro, cinco anillos olímpicos gigantes hicieron su aparición en el estadio y se fundieron en una explosión de fuego, mientras luces de colores se proyectaban sobre las gradas.

Tras la revolución industrial y la referencia al sufragio femenino, un colorido espectáculo de enfermeras contó el nacimiento de la Sanidad pública británica después de la II Guerra Mundial.

Con sus uniformes y empujando camas de hospitales, las enfermeras inundaron el escenario olímpico acompañadas por numerosos niños, en un evento que recordó la creación de un servicio basado en el principio de que «ninguna sociedad puede llamarse civilizada si a una persona enferma se le deniega asistencia médica por falta de recursos», del político laborista galés Aneurin Bevan.

La literatura infantil también tuvo su referencia cuando la escritora JK. Rowling, creadora de las historias del niño mago Harry Potter, apareció en la ceremonia para leer el fragmento inicial del clásico del escocés J.M.Barrie, Peter Pan.

El actor británico Rowan Atkinson se puso en la carne de su famoso personaje «Mr Bean» para recrear la película «Carros de fuego», sobre los Juegos Olímpicos de París de 1924, corriendo sobre la famosa playa de la localidad de St. Andrews (Escocia).

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Después se vio a «Mr Bean» en el escenario del estadio tocando con la Orquesta Filarmónica de Londres mientras el director de música Simon Rattle trataba de hacerse cargo de la situación.

El espectáculo de música y colores continuó con la referencia a los años de la explosión cultural en el Reino Unido, en los pasados años sesenta, con el nacimiento de grupos pop y rock, como los Rolling Stones o los Sex Pistols, pero especialmente los Beatles.

En el centro del estadio, cientos de voluntarios con ropa informal bailaron y recrearon escenas de las discotecas de Londres, para después ver pasar a un Mini rojo, el automóvil que es símbolo, como ningún otro, del más puro estilo británico.

Después de la espectacular muestra de sonido y colores, empezaron a desfilar los equipos olímpicos, con Grecia a la cabeza y el del Reino Unido al final por ser los anfitriones.

El ciclista británico Bradley Wiggins, reciente vencedor del Tour de Francia, ha tocado la campana que pone en marcha la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, sobre un escenario que reproduce la campiña inglesa en la hierba del estadio.

Durante 90 minutos, y bajo la dirección de Danny Boyle, la ceremonia ofrece, según el presidente del Comité Organizador, Sebastian Coe, una bienvenida "muy británica" a los más de 10.000 deportistas de 204 Comités Olímpicos Nacionales que, hasta el 12 de agosto, participarán en la magna concentración, y que desfilan ante el multitudinario público concentrado en el estadio londinense.

El desfile de los atletas alargará el evento otra hora y media, según cálculos de los organizadores. "La ceremonia dirá mucho sobre nosotros pero también es una bienvenida británica a los atletas del mundo. Va a ser un acto extraordinario", adelantó Sebastian Coe.

El director, Danny Boyle, ha contado con un presupuesto de 27 millones de libras para montar casi tres horas de espectáculo en la ceremonia de apertura, que incluye tres secuencias de gran tamaño.

La primera, centrada en la consciencia histórica del país y que conecta, especialmente, con la revolución industrial. La segunda rendirá homenaje a la creación de la sanidad pública británica (NHS) tras la II Guerra Mundial y a la literatura británica, mientras que la tercera, más moderna, revisará las décadas desde 1960 hasta la actualidad a través de la música popular. En la primera hora de espectáculo han puesto la banda sonora artistas de renombre como Mike Oldfield, mientras llovian 70 Mery Poppins del cielo, seguido de Mr. Bean, que ha arrancado las primeras risas con la banda sonora de Carros de fuego de fondo.

De Harry Potter a Peter Pan

La escritora británica J.K.Rowling, autora de la saga del joven mago Harry Potter, apareció hoy en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres para leer el fragmento inicial del clásico del escocés J.M.Barrie, Peter Pan.

Acompañada por la música del inglés Mike Oldfield, Rowling, que ha venido más de 400 millones de libros de la saga juvenil, abrió la sección de la ceremonia diseñada por el cineasta británico Daniel Boyle inspirada en los cuentos infantiles.

El maligno Voldemort hizo aparición ante las 62.000 personas que abarrotaban el Estadio Olímpico de Stratford, al este de Londres, acompañado por otros villanos de la literatura británica.

No faltó el capitán Hook con su garfio, ni la Cruella de Vil de los 101 dálmatas, para tratar de asustar a los niños que dormían apaciblemente en decenas de camas dispuestas en el centro de estadio, en la recreación de un conocido hospital infantil.

En la ceremonia de Boyle, el cuento terminó bien y la niñera más famosa del cine, la conocida Mary Poppins, apareció en Stratford para desvanecer las pesadillas y continuar con la ceremonia que inaugura los terceros Juegos Olímpicos que celebra Londres en su historia.