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La primera fase de la Eurocopa 2012 confirmó la seguridad de Iker Casillas, el poder goleador del alemán Mario Gómez, las cualidades en la organización del italiano Andrea Pirlo o la ambición y las cualidades del portugués Cristiano Ronaldo, entre las estrellas del camino a los cuartos de final.

Andrés Iniesta, la irrupción de Yohan Cabaye, el centrocampista de Francia, la movilidad y la clase de Karim Benzema, clave con sus asistencias en la clasificación de su equipo, las paradas de Petr Cech y los tantos de Petr Jiracek o Vaclav Pilar, con la República Checa, o los goles de los ingleses Wayne Rooney y Danny Welbeck también sobresalen entre las figuras del primer tramo del torneo.

Todos están en cuartos de final. Al éxito individual le han añadido el colectivo, un asunto indispensable para sentirse líderes y protagonistas en el gran desafío que supone para cada uno de ellos la fase final de la Eurocopa 2012, en la que España, la defensora del título, ha avanzado a cuartos al ritmo de Casillas e Iniesta.

No han sido los goleadores –Fernando Torres, Cesc Fábregas, David Silva y Jesús Navas han marcado los seis tantos de España–, pero sí han sido los motores de ‘La Roja’: Casillas, en la portería, con un puñado de intervenciones fundamentales contra Italia y con una parada salvadora al croata Iván Rakitic, e Iniesta, en ataque.

El autor del gol que coronó a España como campeona del mundo hace dos años, en Suráfrica, ha sido designado mejor jugador en dos de los tres encuentros de la primera fase. Contra Italia y Croacia. Frente a Irlanda fue Fernando Torres, que marcó dos tantos. A Iniesta le ha faltado el gol. Ha tirado diez veces a portería rival.

Todo lo contrario que a Mario Gómez. El delantero alemán es un seguro en ataque. Cuatro tiros y tres goles en el pleno de triunfos germano en el grupo B. Su equipo ha sido el único conjunto que ha ganado los tres encuentros, con Bastian Schwensteiger también como argumento principal en el centro del campo de Joachim Low.

Cristiano Ronaldo también fue decisivo en el billete de Portugal a los cuartos de final. No había comenzado bien el campeonato, con el punto de mira desviado, ansioso sobre la meta contraria, pero sus dos goles frente a Holanda, en el momento en que su equipo necesitaba dar el paso definitivo, completaron un encuentro estupendo e incontestable.

Velocidad, regate, potencia y gol. El atacante luso firmó los dos tantos de su equipo al holandés Maarten Stekelenburg, lanzó unos cuantos trallazos, uno increíble desde muy lejos, y fue el director del contragolpe de Portugal, con pases magníficos y una rapidez inalcanzable para sus rivales en carrera o con el balón controlado.