Raúl se despide del Real Madrid con sus títulos como testigo. | Reuters - JUAN MEDINA

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Raúl González Blanco, uno de los últimos símbolos del madridismo y que ayer puso final a su etapa como futbolista del Real Madrid, consideró que «hoy (ayer para el lector) es un día duro y difícil» para él, pero que aún se siente jugador y quiere seguir sintiéndolo mientras su cuerpo se lo permita. «Amo el fútbol por encima de casi todas las cosas y ser futbolista del Real Madrid es el mayor sueño que puedo imaginar. Me siento jugador y quiero seguir sintiéndome jugador el tiempo que pueda y que mi cuerpo me lo permita», dijo.

El adiós de Raúl González del Real Madrid, tras 18 años en la entidad, de los que 16 han sido en la primera plantilla, ha tenido lugar en el palco de honor del Bernabéu, acompañado por el presidente del club, Florentino Pérez, y con cientos de aficionados en las gradas.

Valores

«Durante estos años he buscado siempre para este club lo máximo, porque siempre he querido ser fiel a los valores que aquí aprendí desde niño. Más que nunca quiero que todos sepan que en cada jugada, en cada regate, en cada carrera, en cada desmarque, en cada tiro y en cada gesto intenté siempre entregar lo mejor de mi mismo», apuntó Raúl.

Raúl, que hizo uso de unas líneas escritas («para no olvidarme de nadie, ni de nada»), se mostró muy emocionado en varias fases de una alocución que se vio interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de los aficionados.

«En mi cabeza no ha existido nunca la palabra rendición, porque eso es para mi el Real Madrid», dijo. En el capítulo de agradecimientos, Raúl no citó más nombres que los de su «descubridor» Jorge Valdano, que como entrenador le hizo debutar con 17 años en Primera división («...para algunos era la locura de un poeta del fútbol»), a Florentino Pérez y a Alfredo Di Stéfano.

Con anterioridad, Florentino Pérez no había dudado en calificar a Raúl como «nuestro capitán»: «Es el capitán del Real Madrid, pero también es el dueño de su destino. No hablamos de ningún adiós, sino de un hasta luego.». «Raúl, allá donde estés, la camiseta del Real Madrid es y será siempre tu camiseta, su escudo es y será siempre tu escudo, su afición es y será siempre tu afición, y este estadio ha sido, es y seguirá siendo siempre tu casa». añadió.

Raúl se despidió, pero aseguró que el club «siempre» le «va a tener para lo que quiera», y aseguró que espera que sea un «hasta pronto» porque tiene «en la cabeza volver». Eludió reiteradamente hablar de futuro y centró su rueda de prensa en su despedida. «Me apetece seguir jugando, vivir otro fútbol, otra cultura... y luego volver a mi casa», dijo.

«Pensé que lo que mejor le venía a Raúl y al Madrid era tomar este camino», continuó Raúl, que dejó al nuevo entrenador José Mourinho fuera de toda implicación en esta decisión. «Ha sido difícil y complicado, porque me consta que el entrenador contaba conmigo. Estoy convencido de que si me quedase jugaría y creo que mucho, y de que me iban a tratar fenomenal. Siento mucho dolor y mucha pena, pero creo que la experiencia me va a llenar profesional y personalmente», concretó. Se refirió a Mourinho como «un gran técnico. Ha sido un gran acierto. Lo fácil hubiera sido quedarme y poder aprender muchas cosas».

Sueño

«Mi sueño se cumplió con Valdano, que tuvo la valentía de convocarme. Y yo pude comprar a mis padres la casa de mis sueños», dijo.

A Guardiola le citó como el rival del que guardaba mejor recuerdo. «Viví mucho con él en la selección. En el campo como jugador ya era entrenador. Fue el que me dio el pase de mi primer gol con la selección», precisó.

En cuanto a compañeros, dijo: «Entre otros muchos, ahora recuerdo a Fernando Redondo, porque compartía habitación con él en las concentraciones y dormí con él, casi más que con mi mujer». «He vivido tantas etapas y tan bonitas que sería difícil destacar a alguien, pero guardo mucho cariño a Sanchís, Hierro, Alkorta...».

Raúl también confesó que echaba de menos ahora una despedida por todo lo grande, aunque precisó que «siempre hay momentos para volver».