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La sonrisa de Borja es lo que mejor representa el estado de ánimo del Mallorca. Tras un par de salidas en falso, el equipo bermellón aprovechó su visita al campo del Atlético para blindar las paredes del vestuario y mirar al frente con más optimismo que nunca. El centrocampista madrileño, que ejerció como el ideólogo del heroico empate atrapado a la ribera del Manzanares, expuso ayer la felicidad del grupo y además de lanzarle algún dardo al colegiado Muñiz Fernández, recordó que, en igualdad de condiciones, los baleares hubieran vuelto a casa con los tres puntos en el equipaje. «Supongo que con once jugadores en el campo podríamos haber dado un buen mazazo en el Calderón», apuntaba el '24' bermellón.

Moral rojilla
Borja, como el resto de sus compañeros, señala a la fe del equipo para explicar la gesta: «Después de las expulsiones y los penaltis sacamos la raza y conseguimos un punto muy bonito que nos va a dar moral mucha moral de aquí en adelante. El sábado sabíamos que al menos íbamos a tener la opción de empatar y cuando vimos que llegábamos con relativa facilidad a su área, entendimos que debíamos que aprovecharlo. Tras la ocasión de Pierre (Webó) nos vinimos un poco abajo porque pensamos que había sido la última, pero después tuvimos la suerte de empatar y nos llevamos un premio muy merecido», argumentaba.

El mediapunta de Hortaleza tampoco pasó por alto el estado de tensión de los jugadores atléticos. «No estaban a gusto con el balón. Con dos jugadores más la gente les silbaba y querían que fueran hacia adelante, pero fallaban pases que jugadores de su nivel normalmente no fallan y nos daban posibilidades de contraataques», relataba. «Ses le veía agarrotados. Son jugadores de muchísimo nivel y no lo están dando porque la situación les puede. Su ubicación en la tabla, la presión del público, lo que ocurre alrededor del club... Todo les puede y no dan todo lo que deberían dar», agregaba.

Borja no quiso concederle demasiado protagonismo al árbitro del partido, aunque le reprochó públicamente su actitud: «Me han dicho que los penaltis tal vez lo fueron, pero lo que nos indignó fue el trato del árbitro hacia nosotros y las tarjetas. Cada vez que ibas a hablar con él te trataba con desprecio y eso no nos gustó. Esta vez lo teníamos en contra, pero nos fuimos felices. Aunque sabiendo cómo estábamos y cómo estaban ellos, da mucha rabia».

A nivel personal, Valero circula por uno de los tramos más excitantes de su carrera. Después de pasar por el fútbol inglés, el madrileño ha regresado a la Liga mucho más formado futbolísticamente. En los siete partidos que ha disputado ya ha marcado dos tantos que han evitado sendas derrotas a domicilio. «Todos los goles suman. Esto va por rachas y ahora que tengo la suerte de cara debo aprovecharlo y marcar todos los tantos posibles para ayudar al equipo», reconoce. «Y más si son importantes como los dos que he anotado hasta ahora fuera de casa, que han supuesto dos puntos».

Valero está convencido de que el punto del Calderón ha acabado con las dudas que generó la debacle de Gijón y espera ahora que la afición se ponga del lado del equipo en el partido del fin de semana que viene: «Ojalá venga más afición al campo el día del Racing porque el esfuerzo del equipo se lo merece. La gente tiene que acudir al campo y animarnos porque nosotros lo estamos dando todo por el club. Con su ayuda será todo más fácil». Mensaje enviado.