TW
0


El Atlético de Madrid cerró anoche su acuerdo con Quique Sánchez Flores para que sea el entrenador del conjunto rojiblanco hasta final de temporada, en sustitución del destituido Abel Resino, tras una jornada de intensas negociaciones, que comenzaron pasado el mediodía y concluyeron por la noche. Así lo anunció el club rojiblanco, que informó de que el ex técnico de Getafe, Valencia y Benfica será presentado el próximo lunes como nuevo entrenador del Atlético de Madrid en la sala VIP del estadio Vicente Calderón y debutará en partido oficial un día más tarde, en Marbella en la Copa.

Tras el despido de Abel por los malos resultados, con un triunfo en los últimos diez choques oficiales, y la negativa el jueves del danés Michael Laudrup para dirigir al equipo rojiblanco, el Atlético intensificó ayer las conversaciones con Manuel García Quilón, representante de Quique Sánchez Flores, para su contratación. Fueron varias horas de negociaciones, tras el viaje del agente a Madrid para conversar con Jesús García Pitarch, director deportivo del Atlético, sobre todos los asuntos referentes a la llegada del técnico a la ribera del Manzanares, hasta el punto de que el club no anunció el acuerdo hasta cerca de las once de la noche en su página web.

Quique, de 44 años, tiene la misión de enderezar el rumbo rojiblanco en este inicio de temporada, en el que sólo ha ganado uno de sus últimos diez partidos oficiales, camina por la decimoquinta posición de la Liga, con sólo seis puntos de los 21 disputados, y está al borde de la eliminación en la Champions, en la que lleva un empate y dos derrotas en tres duelos.

El nuevo entrenador del Atlético, que inició su carrera como técnico en el juvenil del Real Madrid en 2003-04, se estrenó en un banquillo de Primera en el curso 2004-05, con el Getafe, con el que consiguió el objetivo marcado, la permanencia, tras doce victorias, once empates y quince derrotas. Fue decimotercero. Desde el club azulón, recién ascendido a la máxima categoría, dio el salto al Valencia, al que dirigió durante tres campañas. En la primera y en la segunda clasificó al equipo entre los cuatro primeros. En la 2007-08, sin embargo, una serie de malos resultados acabaron con su destitución, antes de iniciar el siguiente curso su primera y única aventura internacional, con el Benfica portugués, con el que fue tercero en la liga lusa y campeón de la Supercopa.