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No hay día sin sobresaltos en el seno del Real Mallorca. Y eso que el equipo es cuarto, pero institucionalmente el club sigue inmerso en una vorágine donde la improvisación va marcando la hoja de ruta. El radical cambio de opinión del consejero delegado, que ha pasado de dejar al director deportivo Fernando Pons con un ordenador y la 'Guía Marca' a no prescindir de prácticamente nadie de su equipo -Oscar Montiel y Pepe Gilet podría ser los únicos damnificados- ha dejado la credibilidad de la nueva propiedad muy tocada. La última novedad y que sirve para meter más suspense e incertidumbre al asunto es la situación que desveló ayer Carlos González, el empresario tinerfeño que pretendió comprar este verano el Mallorca y que al final Alemany no se lo vendió. «Mateu Alemany y Fernando Pons son socios, esto es de dominio público», dijo González ayer en declaraciones a Ultima Hora. El propietario del Grupo Ecco señaló «no entender» cómo el entrenador Gregorio Manzano critica a la nueva propiedad y «cómo sigue entrenando al Mallorca». «Si permite esto -dijo el tinerfeño- es que el club se les ha ido de las manos», comentó el empresario.

 

González, que ha preferido mantenerse alejado de la actualidad estas últimas semanas, confirmó que va a demandar a Mateu Alemany por lo que él entiende que es un «incumplimiento de contrato». González relató a este periódico que en agosto el ex presidente del Mallorca «llamó para disculparse y me dijo que no me vendió el club por que el vestuario estaba incendiado con mis declaraciones». Sin embargo, el propietario del grupo Ecco no se cree esta versión y tiene informaciones que indican que Alemany había ya alcanzado un acuerdo con la familia Martí Mingarro mientras estaba negociando con él. «En septiembre quedó en llamarme, venir a Madrid y hablar. Como eso no se ha producido voy a seguir adelante con la demanda. Creo que Mateo no me llamará hoy así que le demandaré por lo que entiende es un incumplimiento de contrato por su parte», comentó Carlos González.

 

El que aspiraba a ser propietario del club entiende que la situación del director deportivo Fernando Pons fue una de las bazas que jugó en su contra por que con él «no hubiera continuado». «No lo hubiera echado porque no estábamos para regalar dinero, pero sí hubiera fichado un profesional y le habría situado por encima de él en el club. Pons sabía que no iba a seguir con González, no al menos en su estatus y según explica el empresario, el hecho de «ser socios» -refiriéndose a Pons y Alemany, le hace pensar que el ex propietario del club «está detrás de todo y que el propio Alemany quiere volver al Mallorca», comentó Carlos.

 

Mientras tanto, Martí Asensio ha dado su brazo a torcer siendo el primer gran derrotado por Fernando Pons que le ha restado cota de poder en el club al continuar en Son Moix con su mismo equipo de trabajo y tratando de forma directa con el propietario Javier Martí. Pese a lo manifestado en el último consejo de administración en el que desveló sus planes para reducir la secretaría técnica, ahora todo ha dado un giro radical, continúan los mismos y su credibilidad queda seriamente tocada. Las últimas manifestaciones de Manzano criticando con dureza su gestión no ayudan a ganarse el respeto en las oficinas.