Borja Valero, en su presentación como nuevo jugador del Mallorca.

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Doce meses después de irse, Borja Valero Iglesias (Madrid, 1985) regresó ayer al Mallorca. Y lo hizo por la puerta grande, como la guinda al pastel del Real Mallorca 2009-2010. Deseado por Gregorio Manzano y reclamado por el mallorquinismo, el mediapunta madrileño abre la puerta del vestuario como la principal referencia del nuevo proyecto, una presión añadida que afronta como «un reto personal». Cedido por el West Bromwich Albion por una temporada, el club se reserva una opción de compra valorada en 4 millones de euros.

 

Después de protagonizar un culebrón veraniego por episodios, con la dosis necesaria de suspense -su pase se concretó veinte minutos antes de cerrarse el libro de la LFP- la llegada de Borja supone una inyección de calma entre las relaciones entrenador-propiedad. «Vamos a empezar desde cero», dijo ayer el consejero delegado Javier Martí Asensio.

 

Borja apenas permaneció en Inglaterra unas horas tras confirmarse su cesión. Hizo las maletas, se fue al aeropuerto de Birmingham y se subió al primer avión con destino a Palma. A la hora del desayuno, el madrileño y su mujer ya estaban en la Isla.

 

Tras la firma de rigor, Borja compareció en la sala de prensa escoltado por Javier Martí Asensio y por el presidente Tomeu Vidal, que por primera vez asistió a la puesta de largo de un fichaje.

 

Después de ser presentado como «uno de los nuestros» en boca de Vidal, Borja expresó su deseo de no defraudar las expectativas que ha levantado su regreso entre la hinchada: «Esto es un reto personal y no tiene por qué presionarme. Es una nueva etapa y voy a intentar darlo todo por estos colores, que son los que me dieron la oportunidad de llegar a Primera División».

 

El mediapunta madrileño reconoció haberlo pasado mal durante estas semanas de negociaciones: «Las cosas se habían puesto muy complicadas durante la pretemporada. El West Bromwich ha estado apretando bastante y yo intentaba buscar la mejor salida para mí y al final se ha concretado la mejor opción». Tanto el Mallorca como Borja han tenido que aportar «trabajo» para que la operación se concretara: «No ha sido una cuestión de ceder o no (Borja ha rebajado una parte de su ficha), sino la ilusión de volver a jugar en Primera. Allí iba a tener un año difícil en Segunda y tenía la ilusión de jugar de nuevo al máximo nivel. Eso es lo que me ha traído hasta aquí. Lo de rebajarme la ficha no tiene la menor importancia porque mi deseo era jugar aquí. El dinero queda en un segundo plano».

 

Borja también abrió la puerta a la posibilidad de prolongar su estancia en la Isla: «¿Por qué no? Voy a hacerlo lo mejor posible para demostrar que puedo seguir más años aquí. Ojalá ocurra eso. De momento tengo un año para demostrar lo que valgo».

 

Al respecto de si el equipo es mejor o peor de aquel que dejó el pasado verano, apuntó: «Es diferente. Ha sido una pretemporada complicada y el Mallorca ha demostrado que puede sobreponerse a todo lo que pasa en el club cada año. Yo creo que ése es el camino a seguir durante toda la temporada».