Gregorio Manzano da instrucciones a sus jugadores durante el entrenamiento de ayer del Mallorca. g Foto: MONSERRAT

TW
0

Gregorio Manzano no cede. El entrenador del Mallorca volvió a colocarse ante el atril y aunque suavizó las líneas más encendidas de su discurso, mantiene la idea central. El jienense reconoce sin tapujos que no le han sentado bien algunos de los pasos que ha dado el consejero delegado, aunque espera que el paso del tiempo normalice las relaciones con la propiedad. «Javier Martí acaba de llegar al fútbol y nunca podrá decir que le he dado un mal consejo, más bien al contrario. Si le va bien a él y a su familia, le irá bien al Mallorca y eso es lo que yo quiero. Debe aprender de los que le damos buenos consejos y tener mucho cuidado con otros de los que recibe», advertía el preparador refiriéndose claramente al entorno que envuelve a los nuevos dueños del club.

El técnico, que aprovechó la rueda de prensa previa al partido contra el Xerez para matizar algunos conceptos, es optimista de cara al futuro y cree que lo que ha pasado en las últimas semanas no es tan extraño como parece: «Llevo mucho tiempo en el club y no he tenido problemas con nadie porque todo el mundo sabe cómo soy: limpio, directo, claro y, sobre todo, sencillo», sentenciaba. «Quizá con el paso del tiempo la propiedad me vea así. Ahora han tenido mucho agobios, pero la relación será normal porque tanto ellos como yo queremos lo mejor para el Mallorca. Es probable que hayamos chocado, pero los dos buscamos lo mismo», insistía.

Aclaraciones
Manzano sólo volvió la mirada para aclarar sus declaraciones de la semana pasada, en las que criticaba la llegada al equipo de Bruno China. «Le hice saber a Martí Asensio que sería conveniente que el jugador estuviera con nosotros para jugar contra el Levante y que le dijera al presidente del Leixoes que yo no quería al futbolista», explicaba. «También le dije que podíamos subir a Alberto al primer equipo e invertir ese dinero en otras necesidades. Cuando vi que eso no se había llevado a cabo quise que recapacitara porque todavía no estaba todo cerrado. Sólo miraba por nuestros intereses, pero no esperaba que se formara tanto revuelo. Al final Bruno llegó y ahora es un jugador más. No hay nadie marcado, ni tengo nada en su contra. Estaba en una lista y se aceptaba, siempre y cuando estuvieran los otros, que también eran necesarios», añadía a continuación.

El entrenador mallorquinista tampoco pudo evitar referirse al caso de Borja Valero. Y en esa dirección, desveló varios detalles interesantes. «Hubo una reunión, con un testigo delante, en la que me confirmaron que estaba fichado», apuntaba. «En su momento hubo una petición y su club puso sus condiciones. Ahora son ésas, pero hace poco no eran así. Aunque yo, a partir de ahora, lo entiendo todo. Debo aceptar que no hay dinero y tenemos competir en estas condiciones, que son suficientes para mantener la categoría», confesaba resignado. «Estamos en el preámbulo de la competición con la plantilla inacabada y hay muchos jugadores marcados como objetivos prioritarios que no están aquí. No hay que volver la vista atrás, sino mirar al frente».

Manzano no quiso perder en ningún momento de vista al Xerez y tras subrayar que el único objetivo del Mallorca esta temporada es la permanencia, se mostró inquieto por el recorte que ha sufrido la plantilla en cuanto a sus prestaciones. «Me preocupa la pérdida de calidad. Se han ido hombres determinantes de cara al gol, pero también otros que provocan algo más: tarjetas, expulsiones, jugadas de estrategia... Lo que hay que explicarle a la afición es que el equipo trabajará y luchará, pero que ya no están con nosotros futbolistas como Jurado, Cléber o Ibagaza. Es otra plantilla, con otra estructura», señalaba.