Carlos González, escoltado por Javier Jiménez, en el momento de entrar en la notaría Delgado-Herrán de Palma. Foto: JOAN TORRES.

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Miquel Alzamora

Ni Shepherd, ni Davidson, ni Serra... ni González. Otra 'venta interruptus' otra operación frustrada, otra vez a empezar de cero. El Real Mallorca anunció ayer el «cese definitivo de las negociaciones entre Carlos González y Mateu Alemany», por lo que el club balear seguirá en manos del abogado mallorquín hasta final de temporada como mínimo.

Ayer era el día 'D' y como en otras tantas ocasiones en un año, todo quedó en nada justo en el día previsto para la firma de los documentos. González se desplazó a la notaría de Àlvaro Delgado para dar fe de que él acudía a la cita para firmar la compra, pero Alemany no compareció y la operación quedó abortada.

El Mallorca no entró en detalles en su explicación oficial del cese de negociaciones y anunció que «en defensa de los intereses del club, no se realizará comentario alguno sobre lo sucedido hasta la fecha ni sobre las negociaciones llevadas a cabo entre las partes». En este mismo comunicado, la entidad bermellona indica que a partir de ahora «todos los esfuerzos del club estarán centrados en la gestión ordinaria de la entidad. En este sentido, hoy martes el presidente Mateu Alemany se desplazará a Kössen para proceder de inmediato a la toma de decisiones respecto a la planificación deportiva de la próxima temporada». No se ofrecieron más detalles.

Dos son los motivos principales del desencuentro final entre González y Alemany. El empresario tinerfeño, después de repasar las cuentas del club estos últimos tres días, anunció a través de sus economistas que había descubierto que la tesorería del club estaba «peor de lo que esperábamos» y que se debería inyectar un «200 por ciento más del dinero que pensábamos». Por este motivo, González quiso pagar en 4 plazos y por espacio de 2 años los 5 millones pactados a Alemany por sus acciones y desviar estas cantidades a mejorar la tesorería del club y pagar de inmediato deudas importantes. Cabe recordar que Cléber Santana y David Navarro han denunciado al club por impago de sus fichas y que el Athletic Club ha denunciado al Mallorca por no abonar dos pagarés del traspaso de Aduriz. Estos dos puntos, unidos a otros calificados de «desagradables» por los economistas del tinerfeño, motivaron que González planteara el cambio de condiciones de pago al abogado mallorquín. . El otro motivo de desencuentro más general es el proyecto deportivo del madrileño y la forma en qué tenía previsto llevarlo a cabo no eran del agrado del abogado. Alemany sigue. González ya es historia.