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El proceso de venta del Mallorca se introduce en un nuevo escenario. El grupo de empresarios de la Isla que ha delegado en Serra Ferrer la compra de las acciones de la SAD balear se reunirá hoy con Mateu Alemany para dar un paso adelante y abordar una serie de cuestiones que presumiblemente desembocarán en una oferta en firme para asumir el control de la entidad. En principio, el representante del 'colectivo' no será el técnico de sa Pobla, sino Gabriel Cerdà, que en las últimas semanas ya ha mantenido varios contactos telefónicos con el presidente bermellón para abordar el asunto.

Serra Ferrer y su equipo llevan muchas semanas trabajando en el boceto que esperan desarrollar en el ONO Estadi. El ex entrenador de Mallorca, Betis, Barcelona o AEK de Atenas ha redactado un plan director y ha trazado las coordenadas que marcarán el rumbo del club en el caso de que su desembarco acabe cuajando, además de asegurar la financiación de un proyecto ambicioso. Sin embargo, la aparición en escena de Carlos González le había relegado a un segundo plano. El empresario madrileño se desplazó el pasado jueves a la Isla para exponer su tratado de intenciones y aunque es consciente de que su opción no es la prioritaria, está decidido a agotar sus argumentos para hacerse con el control del Mallorca.

Si las conversaciones con el grupo de Serra Ferrer acaban fructificando y su propuesta iguala o supera a la de Carlos González, Alemany vería cumplido su principal objetivo: dejar la gestión del club en manos isleñas. El abogado de Andratx, que volvió a Son Moix para apaciguar el entorno y encauzar definitivamente la venta, es consciente de que la única alternativa que ha generado consenso entre el mallorquinismo es la del pobler y va a intentar apurarla.

En cualquier caso, Alemany ha trabajado de forma paralela en otros muchos frentes y ha resuelto ya algunos de los asuntos pendientes que arrastraba el club. En los últimos días ha reactivados las arcas del club después de cerrar los traspasos de Miquel Àngel Moyà (Valencia) y Juan Arango (Borussia Monchengladbach) y antes de eso resolvió el caso Jonás, aplazó la deuda con la Agencia Tributaria y fraccionó en diez plazos los pagos correspondientes a la fichas de la plantilla. Con todos esos movimientos, además de inyectarle una dosis de oxígeno a la entidad, ha allanado el camino para sobrevivir otra temporada sin la necesidad de recibir ayudas externas y garantizar la estabilidad a corto y medio plazo.

Lo que está claro es que el Mallorca va a sumergirse en una semana decisiva para su futuro. Con el grupo de Serra a punto de mostrar sus cartas y Carlos González a la expectactiva, da la sensación de que el culebrón que empezó a rodarse algo más de un año bajo la dirección de Vicenç Grande se aproxima a su fin. El club balear lo necesita.