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Jaume Vidal El Binissalem desaprovechó una ocasión de oro para encarrilar la eliminatoria ante el equipo hoscense del Club Atlético Monzón, en un partido en el que la escuadra local dispuso de las mejores ocasiones de gol, con un larguero incluido, y tres goles anulados de forma injusta por un trío arbitral que no ayudó con sus decisiones al equipo dirigido por Tomeu Pons.

Apoyado por cerca de 700 espectadores y un ambiente espectacular, el equipo mallorquín empezó el partido con una ocasión muy clara. Morgado disparaba y Callizo, el mejor hombre de los visitantes, detenía. Se iniciaba así una cascada de ocasiones que terminaría con un chut al larguero de Morgado a los 28 minutos y el primer gol mal anulado al mismo jugador.

Empezada la segunda mitad, el Binissalem siguió con la tónica positiva de los primeros cuarenta y cinco minutos. Toque, juego vertical y oportunidades. Muchas oportunidades. Oliver remataba y Callizo despejaba a córner. A M.À. Salas se le anulaba el segundo tanto. Corría el minuto 57, cuando otra vez y de forma inexplicable el asistente levantaba el banderín. Incredulidad e indignación en el Miquel Pons. Cuando se llegaba al final del choque, un remate de cabeza de T. Salas con marchamo de gol era interceptado por un segurísimo portero visitante, que truncaba de nuevo el sueño del Binissalem de adelantarse en el marcador y tomar ventaja en el primer partido de la eliminatoria de ascenso a Segunda B.