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osé Anselmo Moreno|VALLADOLID
El Betis, de la mano de Sergio García, derrotó con justicia a un Valladolid confuso e irreconocible desde que comenzó el año 2009, ya que ayer encajó su cuarta derrota seguida en Liga ante un rival que supo aprovechar sus errores para llevarse los tres puntos y revivir.

Y eso que el Valladolid quería ayer revertir la secuencia de derrotas consecutivas y volver a afianzarse en su estadio, donde sólo había perdido dos partidos esta temporada. La falta de gol y el hecho de no saber aguantar los marcadores favorables había llevado también al Betis a una mala racha de resultados. Era pues una confrontación sin certezas y destinada a resolver muchas incógnitas.

A los treinta segundos de partido, Capi se lesionó de gravedad y tuvo que ser sustituido por Rivera. El equipo de Chaparro podía añorar al camerunés Emaná, ausente por sanción, pero no fue así. Tampoco tenía ayer una referencia clara y rotunda arriba, ya que Sergio García no es un punta nato y necesita caer a banda para respirar, aunque ayer fue «una pesadilla» para el Valladolid.