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Roberto Morales|MADRID
El Real Madrid superó una dura prueba, tras una semana marcada por la polémica en los despachos que acabó con la dimisión de Ramón Calderón, y en el estreno en el palco de Vicente Boluda, remontó al colista, Osasuna, favorecido por dos penaltis no señalados sobre Juanfran, para frenar la crisis institucional imponiendo la parte deportiva. El fútbol había pasado a un segundo plano en una semana convulsa para el madridismo. La crisis en la que se ha introducido un club encaminado a unas nuevas elecciones, tras la última polémica de Ramón Calderón, desvió la atención de la reconstrucción deportiva que estaba logrando Juande Ramos y pareció golpear al equipo en una primera parte de impotencia.

Al final, duro castigo para un colista que se entregó con diez en los últimos minutos, en los que Robben, tras los fallos en el remate de Marcelo y Van der Vaart, cerró el marcador en la última jugada del partido.