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Del desierto de la Liga, al oasis de la Copa. Envuelto por una densa niebla, el equipo de Manzano volverá a cambiar de disfraz en Almería y estacionará por unas horas el sufrimiento con la voluntad de hacerse un chequeo en la competición que más le seduce. Y aunque no es buen momento para descuidar las penurias del campeonato doméstico, los bermellones tampoco parecen dispuestos a bajar los brazos en un punto tan avanzado del torneo. Más que nada, porque el resultado atrapado en la ida (3-1) le deja a unos centímetros de los cuartos de final (Estadios de los Juegos Mediterráneos, IB3, 20.00 horas). ¿Merece la pena seguir gastando energías en la Copa? La pregunta ha calado en todos los foros del club, incluido el vestuario. Entre otras cosas, porque la permanencia está gravemente amenazada y porque el domingo habrá que jugarse de nuevo el pellejo ante uno de los equipos más cualificados del fútbol español. Sin embargo, tampoco se ha consolidado ningún debate al respecto. Manzano advirtió en la antesala de la eliminatoria que no abandonaría ninguno de los frentes en los que ha plantado su bandera y el primer asalto escenificado en Son Moix así lo demuestra. Además, es probable que una eliminación a manos del Almería acentúe todavía más el declive y eso, a estas alturas de la película, no es de lo más recomendable.

Pese a todo, se aprecian ciertas restricciones en la manera de afrontar el desenlace de la batalla. Para empezar, el equipo durmió ayer en Palma y no viajará a Almería hasta esta mañana, siguiendo esa fórmula que ha puesto de moda Pep Guardiola en el Barcelona. El técnico ha preferido dedicarle el tiempo justo a esta segunda parte de la batalla y ensayó ayer sobre la alfombra del Son Moix el plan que desplegará ante los andaluces. Como es lógico, también se intuyen cambios importantes en el once. Gonzalo Castro se cayó de la convocatoria por unas molestias físicas, mientras que Germán Lux lo hacía por una gastroenteritis, lo que propició la entrada en la lista del portero juvenil Javi Seral. Además, el jienense ha optado por dejar en Ciutat a Trejo, Corrales, Nunes y Varela, además del lesionado Miquel Àngel Moyà. Ante eso y teniendo que en cuenta que el domingo no podrá alinear ni a Cléber ni a Arango (deben cumplir un partido de sanción por acumulación de amonestaciones), sus opciones a la hora de armar el equipo parecen más o menos claras. La consigna del grupo en el estadio Juegos del Mediterráneo será no encerrarse atrás y marcar, como mínimo, un gol.

Hugo Sánchez, por su parte, también tiene perfilada la ofensiva. El técnico mexicano ha inculcado a sus jugadores la confianza necesaria para buscar la proeza y ve perfectamente asequible la remontada.

La situación es complicada para el cuadro andaluz, que ha cambiado su fisonomía con la llegada del preparador azteca. Hugo encara el duelo copero con las ausencias por lesión del central Juanito y del peruano Acasiete, que verán el encuentro desde la grada junto al descartado Míchel. Sin embargo, recupera al defensa catalán Carlos García, ausente en el partido de Liga ante el Espanyol y reforzará el ataque con la vuelta de Àlvaro Negredo, al que dejó fuera de sus planes en la ida. De esta forma, alineará un ejército formado por Esteban; Juanma Ortiz, Carlos García, Chico y Mané; Iriney, Soriano, Nieto y Piatti; José Ortiz y el mencionado Negredo.

Este partido supondrá otro examen para que Hugo Sánchez pueda calibrar el estado de la plantilla del Almería, porque ya cuenta con el apoyo del presidente, Alfonso García, para buscar posibles refuerzos de cara a la próxima temporada.