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El mallorquinismo vivió ayer una de esas jornadas que merece la pena enmarcar. Se llevó los tres puntos de una de las plazas con más solera del fútbol español, blindó la candidatura de Güiza al 'Pichichi' y siguió amontonando goles en sus estadísticas colectivas. El volumen de dianas es tan amplio, que a falta de tres jornadas para que la Liga baje el telón ya ha igualado los mejores dígitos de su historia en ataque (61 tantos). El récord de la campaña 2000-01, que se gestó con Luis Aragonés al mando de las operaciones, está a punto de caducar.

La jornada no pudo empezar mejor para el jerezano, que sólo necesitó dos minutos para recordarle al público de San Mamés que es uno de los delanteros más en forma de todo el fútbol europeo. El punta bermellón, que había sido incapaz de marcar en las tres visitas que había realizado anteriormente a la Catedral (una con el Mallorca y otras dos con el Getafe), aprovechó un pase magistral de Juan Arango para superar al veterano Armando en el mano a mano y darle todavía más volumen a esos históricos números que ha ido cocinando durante la temporada. El gol, que ocupaba el trigésimo tercer lugar de una lista que parece interminable, servía en esos momentos para acercar al equipo a Europa, aunque eso, a esas alturas de la película, era lo de menos. Lo realmente importante es que Güiza alcanzaba al sevillista Luis Fabiano en la carrera por el trofeo de máximo goleador. De hecho, el brasileño, que se enfrentaba en el Sánchez Pizjuán al Valladolid, estaba más preocupado por su duelo con el arquero que por los intereses de su equipo. Cuando se marchaba hacia el vestuario tras la conclusión del primer tiempo, se dirigió a los periodistas que estaban situados a pie de campo y les preguntó qué estaba pasando en Bilbao. Cuando éstos le dijeron que su rival había mojado se vino abajo. Sabía que el Pichichi se le escapaba y que le costará mucho volver a recuperarlo. En cualquier caso, la tarde no había hecho más que empezar. Güiza tenía muchos minutos por delante para ensanchar la distancia entre uno y otro y más hambre que nunca. Antes de acabar el primer tiempo siguió probando la solvencia del sistema de seguridad rojiblanco y aunque no pudo alterarlo, seguiría un puñado de pólvora para la segunda mitad.

El '14' del Mallorca volvió a salir al tapete enchufadísimo, dispuesto a exprimir la oportunidad que se le brindaba. A los sesenta minutos se asoció de nuevo con Arango para trazar una volea imposible que estuvo a punto de provocar un corte de digestión entre el público vizcaíno y accedió a la antesala del tanto definitivo. Ibagaza, que acababa de incorporarse al partido, ejecutó un saque de esquina que peinaría Borja Valero y el gaditano, casi sobre la línea de gol, remató a placer con la testa para amarrar el triunfo y quedarse sin compañía al frente de la tabla de artilleros.

Por si fuera poco, Güiza también superó el récord de goles marcados a domicilio en una Liga. El histórico registro lo había establecido la campaña pasada el holandés Ruud Van Nistelrooy con las diecisiete dianas que selló para conducir al Madrid hacia el título. Con sus dos flechazos de ayer, el andaluz ya suma dieciocho como foráneo y le queda todavía un partido en el Camp Nou para seguir volando.