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El Real Madrid obtuvo un triunfo balsámico, aún en estado de shock por su eliminación europea, ante un Espanyol mejor en su nivel futbolístico hasta que acabó cediendo ante el gol 200 de Raúl en Liga.

Aún resonaban en el coliseo blanco ecos de decepción. Unas horas después de fracasar en Europa, el Madrid regresaba al lugar del crimen. La afición del Bernabéu regresó para olvidar su visión de la realidad. Un equipo tocado, triste y condicionado por las bajas ante un Espanyol descarado desde el inicio.

Gago pagó los platos rotos y fue el perdedor de su disputa con Diarra y Marcelo dio por banda lo que faltó en Europa e Higuaín fue la novedad en ataque. Pero el Espanyol tenía su guión. Frenó a Robinho y Guti, los dos que inventan, para desplegar su juego siempre en campo del Madrid.

El Real Madrid es el equipo que más tropieza con jugadas de estrategia. A la media hora, un saque de esquina en corto a Luis García, lo mandó a la red Valdo, a placer en el segundo palo.

El Real Madrid quedaba al amparo de alguna genialidad. Por fútbol no iba a vencer el partido. Como en el arranque, el Espanyol se apoderó del balón. Lola puso el criterio y las bandas con Riera y Valdo desequilibraron pero Pepe se erigió como salvador.

Un disparo desde 35 metros de Lola, que rozó el larguero, y un error de Iker en un despeje que salvó Guti, acrecentó el enfado de la grada, que la pagó con Baptista. En su lugar, Sneijder devolvió el esférico al Real Madrid y Guti, con disparo raso, y Heinze, de un testarazo rondaron el gol.

El homenaje que le debía la afición madridista a Tamudo, por sus goles al Barça en el título blanco de la pasada campaña, llegó con cerrada ovación cuando saltó al terreno de juego, instantes antes de que Raúl decantase el enfrentamiento. Un buen desmarque dio paso a una acción de pillo que acabó en penalti de Jarque. El capitán engañó a Kameni para anotar su gol 200 en Liga. Y el tanto devolvió la calma al Madrid, que acabó tocando y disparando a la portería rival todo lo que no había realizado con anterioridad.

Tamudo vio la tarjeta amarilla en el minuto 92 por protestar y la segunda cuando ya había pitado el final, por lo que se perderá el partido ante el Mallorca, donde tampoco podrá estar Kameni, que fue expulsado en el vestuario.