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Àlex Santos|BARCELONA
El asturiano David Villa volvió a marcar contra el Barcelona -y ya son cinco partidos seguidos en que lo hace contra el conjunto catalán-, pero cuando el triunfo ya estaba en las manos del Valencia, otra vez Xavi Hernández marcó para su equipo (1-1), gol con el que empató el partido de la ida de las semifinales.

En la única aproximación valencianista, el equipo de Ronald Koeman desmontó las ilusiones de un Barcelona crecido, que iba a más y que tenía enjaulado a su rival, especialmente en la segunda parte, en la que no le dejó casi respirar.

Pero cuando el partido ya vivía el último suspiro, en tiempo de añadido, y en el decimoctavo disparo del Barca contra la meta valencianista, Xavi logró el empate de un disparo raso, en el que los valencianista reclamaron mano de Etoo.

El Valencia, que con el gol de Villa había adquirido una dosis de confianza desbordante, tiene la eliminatoria en sus manos, justo en un momento en el que la entidad está inmersa en una grave crisis deportiva y institucional y la Copa del Rey se le presenta como el objetivo más factible esta temporada.

Los dos conjuntos salieron decididos a buscar suerte en la portería rival y fue el Barca el más incisivo, especialmente en la que fue la jugada del primer tiempo, cuando los defensores del Valencia rechazaron hasta tres veces sendos disparos del Barca. Primero, Xavi, tras él Eto'o y, finalmente, Messi. La pelota finalmente la rechazó Caneira con el pecho, aunque el conjunto catalán solicitó penalti.

El Barca observó que el Valencia se había acobardado y lanzó una ofensiva con transiciones rápidas y con un juego vertical, pero fue en una contra del Valencia cuando el balón estuvo a punto de superar la línea de gol. De hecho, la superó, pero el árbitro anuló el tanto porque Joaquín se había ayudado de la mano para controlar la pelota.

Ofrecido este toque de calidad el Valencia, el equipo de Ronald Koeman pasó al plan que tenía previsto desde el inicio del partido; recular a las tres líneas para impedir que el Barcelona tuviese espacios claros a unos treinta metros de la portería de Hildebrand. Disparos de Messi, con chilena incluida, lanzamiento a la media vuelta de Henry, y algunos intentos desde larga distancia del francés y de Touré Yaya fue el bagaje ofensivo de un Barca que movía el balón con rapidez pero no avanzaba metros como consecuencia de una telaraña valencianista que cerró todos los espacios.