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El Mallorca tiene un mes por delante para reconducir su situación, abandonar la espiral de empates en la que anda encerrado y coger aire de cara a un final de temporada que se prevé ajetreado y movido. En las próximas semanas, los de Gregorio Manzano desfilarán ante un ramillete de equipos de su misma estatura y tratarán de coger el impulso necesario para huir de una amenaza, la del descenso, que cada vez le tiene más arrinconado.

El próximo fin de semana los bermellones visitan el centro de operaciones de un Getafe embalado. Los madrileños, tal y como le pasó ayer al Betis, vienen de tumbar a sus millonarios vecinos del Bernabéu y están exponiendo un fútbol de alta escuela por allá donde pasan. Han adelantado al Mallorca en la Liga, están en semifinales de la Copa del Rey (también a costa de los isleños) y hace unos días sacaron el billete para los octavos de final de la Copa de la UEFA tras pasar por encima del AEK de Atenas. Los de Laudrup son uno de los equipos más agradecidos de la competición y pondrán muy cuesta arriba el camino a los isleños, que podrían sufrir un revés importante en el caso de que volvieran a Palma sin un solo punto en la maleta.

Si falla el pulso ante la escuadra azulona, el Mallorca tendrá la obligación de recortar terreno en casa frente al Recreativo, que irrumpirá en Son Moix el próximo 9 de marzo, coincidiendo con la jornada electoral. Será una buena ocasión para que el equipo se reconcilie con una hinchada a la que únicamente ha agasajado en una ocasión a lo largo de los últimos cuatro meses. O lo que es lo mismo, sólo un triunfo como local en una vuelta. El partido llegará envuelto entre las urgencias, ya que el cuadro onubense no tiene nada que ver con el de la temporada pasada y va a pelear hasta el último momento por consolidarse en Primera. Pase lo que pase hasta que llegue ese encuentro, el Decano no tendrá más opciones que la victoria.

El siguiente en pasar por caja será el Espanyol. En este caso, el Mallorca tendrá que acudir al estadio de Montjuïc, una plaza que en los últimos años no se le ha dado demasiado bien. Y partir de ahí, sólo una jornada teóricamente plácida en el calendario más cercano: la visita a Palma del Deportivo. Después de poner a prueba al conjunto gallego, serán los grandes de la Liga los que examinen la capacidad del Mallorca. El 30 de marzo toca desplazamiento a Mestalla y a continuación habrá que medirse a Real Madrid y Sevilla, que estarán enzarzados en una batalla por hacerse fuertes en la parte alta. Con este panorama a medio plazo, a los del ONO Estadi les toca aplicarse cuanto antes. El barranco de la Segunda división sigue a la vista y si no se aleja de él, corre el riesgo de sufrir un inesperado sobresalto.