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Cristina Onzaeta |WASHINGTON
Ya no queda ninguna duda que el ala-pívot Pau Gasol ha llegado a Los Angeles Lakers con la única meta de conseguir un título de liga y ser el primer español que alcanza ese éxito deportivo en el mejor baloncesto de la NBA. Después de siete años de experiencia con los Grizzlies de Memphis, donde fue sin discusión el jugador franquicia, ayer, domingo, Gasol hizo su presentación oficial como nueva estrella de los Lakers, en una rueda de prensa celebrada en el Verizon Center de Washington.

Gasol, de 27 años, que el pasado viernes fue traspasado por los Grizzlies a los Lakers, reconoció que llegaba a una de las grandes dinastías que hay en la NBA para aprovechar todo lo que ha aprendido y alcanzar «el máximo» como profesional. «No tengo otra meta que aspirar a ganar con un gran equipo ante lo que es una oportunidad única en mi carrera», destacó Gasol. «Lo estoy asumiendo todo y, como es lógico, no es fácil el cambio que he dado», explicó el internacional español en su puesta de largo como jugador angelino.

Gasol, que vestirá con los Lakers el mismo número 16 que siempre tuvo con los Grizzlies, destacó que se encontraba súper contento de la oportunidad que se le había dado y la puerta que se le abrió de cara a su futuro. «Todavía estoy asimilando lo que pasa en torno a mi persona como profesional y que no se trata de un sueño, sino que es una realidad en la que soy protagonista», explicó Gasol, cuya llegada a la capital de la nación generó un gran interés dentro del mundo de la NBA, donde ha sido el centro de atención desde el pasado viernes.

Gasol, en su línea de profesional intachable y listo siempre para el trabajo, dijo que ahora su objetivo era empezar a trabajar con sus compañeros, mostrar toda la ilusión con la que llega y por su puesto ayudarles al máximo. «Soy consciente que el equipo ha conseguido mi traspaso porque quiere resultados inmediatos y además que quiere aspirar a lo máximo, de ahí que llego sin presión, pero si con la responsabilidad de satisfacer esos mismo objetivos», subrayó Gasol. «Ahora lo más importante de todo es que me siento muy contento con formar parte de los Lakers», añadió el jugador catalán.

El jugador de Sant Boi dijo que lo siguiente será comenzar a aprender el nuevo sistema de ataque de los Lakers, al que consideró «brillante» bajo la dirección de un gran entrenador como Phil Jackson. «Estoy deseando aprender los sistemas de juego de los Lakers y conocer en profundidad a mis compañeros para ayudar lo máximo posible».

Como es lógico, también salió el asunto del haber dejado atrás, en Memphis, a su gran amigo el escolta novato español Juan Carlos Navarro, que llegó a los Grizzlies para jugar con él, a pesar de perder mucho dinero. «Es una gran persona y está muy contento por mí, pero a la vez tocado y triste ya que se queda un poco solo allí», admitió Gasol. «Le deseo lo mejor y él lo sabe», prosiguió el jugador formado en la cantera del Barça.

Gasol destacó que Navarro fue el primero que se alegró por cómo se le habían dado las cosas con su traspaso y eso le honra aun más para demostrar el tipo de persona que es.

«Juan Carlos es muy fuerte, tanto como persona como profesional, aunque es lógico que también se quedase impactado con todo lo que sucedió de forma inesperada y rápida», explicó Gasol. «Sin embargo, ya habíamos hablado que en un momento determinado se diese o me tocase vivir este tipo de situación», añadió.

Gasol, que reiteró y destacó todo lo positivo que había sido el paso por una organización modelo como la de los Grizzlies, dijo que estaba ante el gran reto de poder establecer la diferencia al nuevo equipo que llega. «Debo demostrar sobre el campo que los Lakers con mi aportación van a ser mejor equipo, de ahí que mi motivación sea doble y que como es lógico esté encantando con la nueva oportunidad que se me presenta».

El jugador internacional español, que llegó a la NBA en el 2001 seleccionado como número tres del sorteo universitario por los Hawks de Atlanta para ser traspasado de inmediato a los Grizzlies de Memphis, aseguró que nunca se imaginó que al concluir unos entrenamientos en Memphis, tres horas después estuviese en Los Angeles, y más jugando en uno de los grandes de la mejor liga del planeta.