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Jenaro Lorente|MADRID
La selección española evitó el grupo del «horror» de la Eurocopa 2008, el que componen Holanda, Italia, Rumanía y Francia, y quedó encuadrada en otro, en teoría fácil, y en el que repetirá con Grecia y Rusia, a los que ya se encontró en Portugal, también en la primera fase, y con Suecia, a la que se enfrentó en la fase de clasificación para el torneo, que se disputará en Austria y Suiza.

La selección de Luis Aragonés debutará ante Rusia en Innsbruck el 10 de junio. Jugará el segundo encuentro, de nuevo en la capital del Tirol, ante Suecia el 14 y cerrará la fase de grupos ante Grecia el 18 en Salzburgo. La lógica indica que España debe pasar a los cuartos de final, incluso como líder, aunque el recuerdo de Portugal pesará sobre la mente de los futbolistas españoles.

En el país vecino fracasó la España dirigida entonces por Iñaki Sáez con estrépito. Los hispanos se marcharon para casa de forma prematura y contra pronóstico, algo que no ocurría desde Alemania 88, cuando cayó en la primera fase del torneo.

En Portugal, España venció a Rusia en el primer encuentro (1-0), igualó en el segundo contra Grecia (1-1) y perdió en el tercero contra los anfitriones (1-0), por lo que tuvo que enfilar el camino de regreso y cerrar un ciclo con la destitución de Sáez tras el fiasco. Aragonés tomó las riendas del conjunto y, tras la decepción de Mundial de Alemania, clasificó con holgura a España para Austria y Suiza, su segundo gran reto.

Mucho han cambiado las cosas para España desde la edición de Portugal. Ahora, los de Aragonés parecen haber encontrado un estilo definido de juego y poseen, con Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Cesc Fábregas y David Silva, una línea de creación de lujo, posiblemente le mejor de las dieciséis que competirán el próximo junio. No debe repetir España su nefasta actuación de Portugal, aunque tampoco debe de confiarse por la supuesta debilidad de los rivales.

De sus tres compañeros de grupo, Rusia no es mal enemigo para debutar en el evento. El gran valedor de la selección rusa es su entrenador, el trotamundos Guus Hiddink, que ha llevado a su combinado a la fase final en detrimento de Inglaterra, cuya ausencia fue el gran bombazo de la serie previa.

Hiddink sigue la estela del legendario técnico serbio Boran Milutinovic. El holandés es un hombre con suerte, pero su brillante historial se debe a algo más que a la fortuna. Hiddink, de 61 años, llegó a Rusia hace apenas uno con el objetivo de sacar al fútbol ruso del pozo en el que se encontraba sumido desde la retirada de futbolistas como Mostovói y Karpin.

No faltaron las voces en Rusia que criticaron la decisión de contratar, por vez primera, a un entrenador extranjero para el puesto de seleccionador. Pero las dotes psicológicas de Hiddink no conocen fronteras y, como hiciera antes en Corea del Sur y Australia, ha inculcado a los futbolistas rusos la 'mentalidad ganadora holandesa'.

La Eurocopa de Austria y Suiza será su cuarto torneo internacional de naciones como seleccionador, hazaña al alcance de muy pocos. Rusia se clasificó para la Eurocopa como segunda del grupo E, por detrás de Croacia y después de siete victorias, tres empates y dos derrotas. Hiddink ha conseguido formar un conjunto compacto sin grandes individualidades con futbolistas que militan en equipos de Rusia y en el que sus principales pilares son el defensa Aleksei Berezutski y el delantero Roman Pavlyuchenko.

Contra Suecia jugará España el segundo duelo el día 14 de junio. Los escandinavos son de sobra conocidos para los de Luis Aragonés. Compañeros de viaje en el fase de clasificación es Suecia un equipo eminentemente físico y que basa su juego en la velocidad y contragolpe. Sin duda, su mejor jugador es el delantero Zlatan Ibrahimovic, en quien el técnico Lars Lagerback volverá a confiar para intentar hacer un buen papel el próximo junio.

Y cerrará España ante los actuales campeones, Grecia, que tocaron techo en la pasada Eurocopa y que llegarán a Austria con los galones de defensores del título, lo que les concederá un plus de peligrosidad y de confianza en sí mismos.

Los helenos también tienen en su seleccionador Otto Rehhagel a su máximo valedor. El alemán, apodado «mano de hierro», ha superado el récord de Alketas Panagoulias de 74 partidos al frente del combinado y lleva a los suyos con una disciplina feroz, principal característica de un grupo sólido y conocedor de sus virtudes y limitaciones.