Manzano dialoga con Güiza en presencia de Guïza. Foto: MONSERRAT

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La rebeldía de Jonás Gutiérrez ha eclipsado el asalto del Mallorca al Santiago Bernabéu. Gregorio Manzano extirpó el problema de raíz y optó por no convocar al interior argentino por la turbia relación que mantienen sus padres y representantes con el Real Mallorca al respecto de su contrato. «Usted no está para disputar un partido en el Bernabéu contra el Real Madrid», le dijo el técnico jienense ayer tras la sesión preparatoria al Galgo, que al parecer le ha sugerido a la entidad un seguro para seguir jugando y que se quedó fuera de un partido de alto voltaje. La llamativa ausencia de Jonás contrasta con el regreso del camerunés Pierre Webó tras más dos meses en la enfermería (19.00 horas, Santiago Bernabéu, PPV).

Contundencia
El grupo de Manzano visita a un líder con más contundencia que fútbol. El Real Madrid se presenta con la mochila cargada de moral y de triunfos. Su estadio vuelve a transmitir ese miedo escénico del que hablaba Valdano y sus rivales caen como moscas en el Paseo de las Castellana. De hecho, el conjunto blanco no cede un punto en Chamartín desde el pasado 4 de marzo y acumula doce victorias consecutivas. La última vez que dejó escapar la victoria fue por un gol...de Güiza en el 1-1 del Getafe.

Precisamente el ariete jerezano se presenta en la Casa Blanca como el futbolista de moda. A pesar de la ignorancia de Sneijder, que aseguró no saber quién es el mejor realizador de su rival, Schuster le conoce a la perfección. Güiza explotó el pasado año con el técnico alemán en el banquillo del Getafe y éste ya ha advertido sobre el peligro que desprende el punta del Mallorca. De su conexión con Ibagaza dependerá una porción notable de las opciones rojillas.

Los desmarques del '14' bermellón pueden agrietar a una defensa que ha encontrado en Cannavaro y Heinze -que debutó en la máxima categoría de la mano de Manzano con el Valladolid- a su pareja más efectiva, pero que sigue teniendo en Casillas al bombero que apaga todos los incendios.

Llegó Heinze al Real Madrid para potenciar el lateral izquierdo pero ha despuntado como central. Tanto que cierra las puertas al esperado regreso de Pepe, que tras recuperarse de su larga lesión sigue esperando en el banquillo su oportunidad.

Avalado por su pegada -es el equipo más realizador del torneo- el Madrid afronta el envite sin su timón ofensivo (Guti) ni su baluarte defensivo (Ramos). Para taponar esas bajas, Schuster apostará por Sneijder y Torres, mientras que se han quedado fuera Dudek, Robben, Salgado, Soldado y Balboa, castigado por abofetear a Pepe en la sesión del pasado viernes. Vuelve a la convocatoria el argentino Gonzalo Higuaín, una vez superado un problema muscular.

El Mallorca tampoco llega con todo su arsenal. A la baja segura de Miquel Angel Moyà, que se perderás las próximas semanas en beneficio de Germán Lux, se unió ayer la mencionada de Jonás. Manzano cubrirá su ausencia previsiblemente con Fernando Varela, el mismo que a punto estuvo de estropear la fiesta madridista en el epílogo de la pasada Liga. Manzano también excluyó de la lista a Molinero, Dorado, David Navarro y Oscar Trejo.

Aunque no ha ofrecido demasiadas pistas durante la semana, es probable que el de Bailén recule y apueste por el doble pivote (Pereyra-Basinas) con Varela o Borja Valero y Arango en las bandas, Ibagaza en la mediapunta y Güiza arriba. Atrás, la línea de cuatro habitual, con Héctor, Nunes, Ballesteros y Fernando Navarro. El principal damnificado de este cambio, si apuesta por esta opción, sería Borja Valero, un ex madridista, que ha declarado durante la semana su deseo de marcar (y celebrar) un gol en el Bernabéu. Tampoco es descartable que Manzano apueste por él de inicio en detrimento de Varela.

En el banquillo aguardarán su oportunidad el portero canario Ioné Puga, Iván Ramis, Borja Valero, Tuni, Castro, Víctor y Webó.
Paradojas de la historia, el Mallorca acude al estadio en el que más derrotas ha sufrido en su historia en Primera División (16) como el equipo que más triunfos (3) ha logrado en Chamartín en las siete últimas campañas. Es cierto que no gana allí desde la temporada 2003-04 (2-3) y que acumula tres derrotas consecutivas, pero en su tarjeta de presentación sobresale el 1-5 firmado en la 2002-03 con Manzano en el banquillo.

El Mallorca se presenta con una tarjeta notable a domicilio. Sólo ha doblado la rodilla en el Ruiz de Lopera y ha sido capaz de puntuar en Calderón o Riazor. Quizás se repita la gesta.