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Fernando Fernández A punto de contar con un bicampeón del mundo mallorquín (Jorge Lorenzo), el motociclismo balear vive los momentos más difíciles que se recuerdan en las últimas décadas. Tanto, que el calendario de pruebas de la temporada 2008 está en el aire e incluso la junta directiva de la territorial medita su futuro al frente de la misma si las cosas no cambian de manera radical. Los acontecimientos se han precipitado en los últimos meses y todos los factores se han puesto en contra del deporte de las dos ruedas. El presidente y el vicepresidente de la Federació Balear de Motociclisme, Pep Yuste y Sebastià Crespí, así lo manifestaron, exhibiendo una «enorme preocupación ante la falta de respuesta de las instituciones. Todo se nos ha puesto muy cuesta arriba y a lo mejor no podemos ni seguir adelante», admite el máximo dirigente de la territorial.

El problema de raíz radica en el cierre de algunos de los circuitos más significativos de Mallorca. La falta de permisos y los retrasos burocráticos son los dos grandes enemigos de la Balear de Motociclismo. Es el caso de Son Matamoros (en proceso de gozar de interés general), Fóra Vila o Campos. Sin ellos en marcha, no se pueden practicar Motocross, Quads o Enduro. Por este motivo, se suspendieron las mangas de los nacionales de Motocross y Quadcross previstas en Muro.

El problema se extiende al asfalto, ya que en circuito de Llucmajor es de propiedad privada y la pista de karting ha sido cerrada para las competiciones de minimotos, mientras que el trazado sólo está disponible en fechas determinadas. Más allá, el trial es otro de los grandes perjudicados. Las multas con las que han sido castigados muchos pilotos, ya son una veintena, (entre ellos el presidente de la Balear) han frenado a los practicantes, que se enfrentan a sanciones que superan los mil euros. La práctica del trial está prohibida en fincas públicas, «decisión recurrida en 2005 y todavía sin respuesta», recuerda Yuste. Sólo la Conselleria de Medi Ambient puede aprobarlas y en terrenos privados, con lo que el cerco se estrecha ante la falta de iniciativa y espacios disponibles.

El problema se hace más grande ante la ausencia de respuestas y compromisos por parte de las instituciones públicas. La FBM ha solicitado una reunión de urgencia con los responsables en materia deportiva del Govern. La fecha fijada es el 3 de octubre, pero mientras tanto, sin el apoyo de las entidades públicas, no se pueden solicitar pruebas de carácter nacional. El plazo acabó ayer y apenas se podrá cerrar la organización de eventos, lo que agrava aún más la situación tras la anulación de los Campeonatos de España de motocross y quads.

A expensas de conocer el alcance de la implicación del Govern, desde el Consell de Mallorca (Territori) el silencio ha sido la única respuesta obtenida, y algunos ayuntamientos aguardan al posicionamiento de las grandes instituciones insulares.

La consecuencia directa a la falta de instalaciones y las zancadillas que se encuentran los pilotos y federativos es un notable descenso en el número de licencias. «Los pilotos no pueden entrenar, no tienen dónde hacerlo. Y así, no habrá carreras, y entonces, ¿qué haremos, podremos seguir adelante?», advierte Pep Yuste, quien recuerda que este vacío afecta «a otros negocios ligados al mundo de la moto, como talleres o tiendas. La gente está muy desmoralizada», prosigue, sin descartar una posible movilización para hacer patente al malestar y la inquietud de un colectivo que pide «instalaciones y facilidades.