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F.Fernández El resultado de las pruebas no deja lugar a la duda. Joan Riera padece una hepatitis del tipo A que le mantendrá en el dique seco por espacio de entre dos y tres meses. La enfermedad, contraída con toda probabilidad durante un viaje a Perú, ha frenado en seco la progresión del base mallorquín, uno de los puntales del proyecto del Bàsquet Inca, que no descarta la opción de ampliar su contrato com muestra de confianza por la profesionalidad de uno de los mejores directores de juego de la LEB Oro, una baja sensible en los esquemas del cinco de es Raiguer. Pese a ello, el Inca ya se mueve en el mercado a la caza de una opción temporal para cubrir el hueco que dejará Riera sobre el parqué. Dado que el período de recuperación de Joan se ha visto reducido de manera notable -se hablaba de hasta un año de baja- y las escasas opciones que se ofrecen a estas alturas, el equipo técnico del Bàsquet Inca no forzará la situación y, ya de cara al choque frente al Cantabria (viernes, 21 horas), contarán con los actuales efectivos.

Riera se encuentra más recuperado a nivel físico y ha recibido una inyección extra de moral con el último y definitivo diagnóstico. Es más, una evolución más rápida, facilitada por su condición de deportista y edad, podría ser factible, con lo que para el mes de diciembre, el uno podría regresar a las canchas, aunque debería realizar una pretemporada especial, dado el largo período de inactividad que debe afrontar durante estas semanas.

Los últimos casos de hepatitis en el seno del deporte muestran recuperaciones prematuras, con lo que se alimentan las esperanzas de que Riera pueda debutar esta campaña antes de que finalice la primera vuelta. Una buena noticia para un Bàsquet Inca que se había preparado para lo peor, pero que confía en breve en poder contar con el concurso de uno de sus jugadores imprescindibles, que por fortuna, sólo ha sido afectado por la versión más leve de la hepatitis.

Durante estas semanas, el mejor tratamiento que recibe Riera es el descanso prescrito por los facultativos y el apoyo de sus compañeros, de la afición y de su club, que ha recibido con alivio el tan esperado resultado de las analíticas, a las que se deberá someter regularmente hasta recuperar los niveles que le permitan volver a la actividad normal, aunque reincorporándose poco a poco al trabajo junto al resto de la plantilla profesional, que aguarda con los brazos abiertos el retorno de uno de sus hombres fuertes.