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El técnico de moda del fútbol español, Unai Emery, guarda una relación especial con su rival del próximo domingo. Y es que el entrenador de la Unión Deportiva Almería conoce muy bien a su homólogo mallorquinista, Gregorio Manzano, para el que trabajó hace ahora nueve temporadas. El hoy responsable de la plantilla bermellona dirigía entonces al Toledo en la segunda planta del fútbol español y contaba en sus filas con el guipozcoano, que se encargaba de aportar soluciones en el centro del campo verdiblanco. El fin de semana se reencontrarán en las alturas y se repartirán el área técnica del estadio de los Juegos del Mediterráneo en busca de un objetivo común: una victoria balsámica que minimizaría los estragos de la pasada jornada.

Unai Emery Etxegoien (Fuenterrabía, 1971) fue un jugador del montón, pero no ha parado de coleccionar alabanzas desde que decidió sentarse en un banquillo. Como futbolista se formó en las categorías inferiores de la Real Sociedad, equipo con el que llegó a debutar en Primera en la temporada 1995-96 de la mano de Salva Iriarte. Sin embargo, la mayor parte de su carrera la desarrolló un peldaño por debajo. Entre 1996 y el 2000 creció en el Toledo (el curso que coincidió con Manzano disputó 26 partidos, 24 de ellos como titular) y pasó después por el Racing de Ferrol, el Leganés y el Lorca, donde colgó las botas en 2005 después de compaginar durante unos meses las funciones de técnico y jugador. Fue precisamente ahí, en el seno del club murciano, donde se destapó ante el gran público como un preparador atrevido, ambicioso y descarado, en definitiva, uno de los principales referentes de la escuela moderna. Al frente del conjunto murciano cuajó dos campañas de ensueño y, tras llevarlo a Segunda en su estreno, estuvo a punto de meterlo entre los grandes, abriéndose así las puertas del Almería. En la ciudad andaluza siguió haciendo historia y en un sólo una campaña obró el milagro. Ahora, le han bastado tres jornadas para demostrar que le aguarda un futuro brillante, ya que su equipo ha firmado las imágenes más agradables de un campeonato excitante.