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Efe|BARCELONA
A las primeras de cambio, la angustia ya se ha instalado en el Camp Nou. El partido de esta noche, el estreno europeo del Barca, tiene el riesgo como principal componente, un encuentro ante el Olympique de Lyon en el que Frank Rijkaard podría recuperar a Leo Messi, ausente por lesión ante Osasuna.

Los dos empates cosechados por el equipo en los dos primeros desplazamientos ligueros han reavivado entre los aficionados el recuerdo de la Liga perdida la pasada temporada y Rijkaard, el técnico que llevó al Barca a lo más alto, está en el punto de mira, hasta el punto de que dependiendo del resultado, el crédito del holandés podría iniciar una peligrosa cuenta atrás.

El de hoy será el primero de los tres partidos que los azulgrana jugarán en casa. El equipo recibirá el sábado al Sevilla y, posteriormente, en partido intersemanal, al Zaragoza.

Frente a los lioneses, el Barca no se puede permitir ninguna alegría. A pesar de los 70 millones de euros invertidos y del intervencionismo del presidente Joan Laporta para enderezar la situación con la aplicación de un código de régimen interno, parece que el equipo no acaba de recuperarse del mazazo que le supuso perder el campeonato pasado. Rijkaard considera que la situación es coyuntural, fruto del 'virus FIFA', de la falta de entrenamientos y del descanso de sus jugadores más determinantes en este inicio de campeonato. Por eso, el holandés, a pesar de estar en la diana, no parece estar preocupado.

Con vistas a su estreno europeo, en un grupo en el que también figuran Stuttgart y Glasgow Rangers, Rijkaard recuperará a Leo Messi, que no jugó en Pamplona en previsión, después de que sufriera una contractura en el partido que jugó con Argentina en Australia.