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Lluc Alemany El Mallorca B volvió a dar muestras de debilidad ante un buen Constància dirigido por Carlos Martínez. Tras el estreno del campo de la Ciudad Deportiva hace dos jornadas con empate, ayer se abrió por primera vez la nueva grada que albergó a un nutrido grupo de aficionados esperando ver una mejoría en las filas bermellonas. Mejoría que no se llegó, en gran medida por la buena actuación del equipo inquer.

El partido comenzó con dominio visitante, que se vio recompensado en el minuto 16 gracias a la transformación de Blázquez del penalti cometido por Hervias. Con la ventaja en el marcador, los visitantes no se echaron atrás y decidieron ir a por el gol que sentenciara el encuentro. En el banquillo local, por su parte, Jaume Bauzá transmitió su notable nerviosismo a sus jugadores, y del que se hizo eco el colegiado que tuvo que avisarle en varias ocasiones sobre su actitud.

La primera parte no dio mucho más de sí. Aunque el Mallorca dispuso de tres ocasiones en las que podría haber empatado el encuentro. La más clara de las acciones la tuvo el capitán Martí Noceras cuando su remate acabó en el palo izquierdo de la portería defendida por Bernat.

El inicio de la segunda parte mostró un cambio de dominio del balón con varias ocasiones para los locales pero que no llegaron a materializarse. La defensa visitante, muy firme durante los 90 minutos impidió que a la estrella mallorquinista Emilio Nsue le llegaran los balones necesarios para demostrar su juego.

Los últimos minutos del encuentro, debido a la celeridad con la que los filiales mallorquinistas deseaban el empate, el Constància dispuso de nuevas ocasiones para aumentar su marcador, que el portero rojillo Ioné atajó.

Con esta derrota, el Mallorca ha perdido ya cinco de los seis puntos en juego en su casa, poniendo de manifiesto que el factor favorable con el que contaba en el viejo Lluís Sitjar no le acompaña en su nueva andadura en la Ciudad Deportiva. Además, Jaume Bauzá, pese a ser su segunda campaña en el filial bermellón, cuenta con un equipo nuevo en el que debe adaptar a todos los jugadores. Esta labor la ha conseguido muy bien Carlos Martínez en su primera temporada entrenando al Constància de Inca.