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Carlos Román / Efe Juan Arango ha vuelto a meterse de lleno en su trabajo como mallorquinista. El venezolano, que había pasado los últimos diez días concentrado con la selección de su país, llegó el viernes a Palma y ayer participó en su primera sesión de entrenamiento junto al equipo bermellón. El futbolista regresa dispuesto a diluir las dudas sobre su rendimiento y a inaugurar su cuenta goleadora de la temporada: «El viaje ha sido largo y cansado, pero estoy contento de volver y deseoso de recuperar mi mejor nivel», confiesa.

El caribeño no quiere participar en el debate sobre su titularidad («uno trabaja para jugar, la decisión la tiene que tomar el míster»), pero recuerda que el tiempo que ha pasado en Venezuela le ha servido para seguir poniéndose a punto: «No he estado dos semanas sin hacer nada. He entrenado y jugado. Hablé con Manzano el viernes y le dije que estaba bien pero él debe decidir». En cualquier caso, el rojillo se refirió a las declaraciones de Richard Paéz, en las que el técnico señaló que había perdido la alegría en el juego: «Uno trata de hacer las cosas lo mejor posible pero a veces no salen. En el primer partido fue así, aunque en el segundo sí, pese a que no obtuvimos un buen resultado. Cuando no te va todo como quieres es complicado, ya que lo intentas pero no puedes», destacaba. No obstante, Arango es consciente de que debe mejorar lo que ha hecho hasta ahora: «Estoy bien pero no tengo que esperar que la gente me pite para exigirme al máximo».

En cuanto al peligro que representa el Villarreal, Arango fue claro: «Quieren venir con ánimo de revancha y nosotros tenemos que hacer nuestro juego. Nos espera un partido complicado», decía.