Tras los primeros puntos de tanteo, llenos de fallos e imprecisiones por parte de los dos equipos, Finlandia cogió las riendas del partido demasiado pronto (4-6) y mantuvo un juego sólido, sin fisuras y seguro, mientras que España cometía algunos errores de bulto en el saque. Sólo entonces España sacó las garras, con buenos saques y un gran bloqueo, empatando el marcador a 19. España aprovechó un saque de Manuel Sevillano para sorprender a Finlandia y dar el primer paso a la final, ganado el primer punto por 25-23.
La segunda manga fue, en sus inicios un calco de la anterior. Finlandia más acertada y adquiriendo una rápida ventaja (4-6). España tenía dificultades a la hora de poner en práctica una de sus mejores virtudes, la defensa. Un error arbitral del turco Sokullu permitió a Finlandia ampliar su ventaja, pero España ya estaba a rebufo de sus rivales 18-19 y dispuesta a aprovechar el más mínimo error. Sin embargo ocurrió al contrario, Finlandia tuvo dos buenas acciones, España dos fallos de bulto, y el empate a uno subió al marcador.
El equipo nacional ya sabía que tendría que sufrir, pero no es lo mismo pensarlo que hacerlo y, por otro lado, Finlandia estaba demostrando que su presencia en la semifinal no se debía a la suerte, sino a su buen hacer. Por tercera vez Finlandia volvió a adelantarse, gracias a su mejor ataque y defensa, pero la selección tardó menos en reaccionar y de un preocupante 6-9 se pasó a un empate a 10. La salida de Rafa Pascual, por un desacertado, en esos momentos, Israel Rodríguez, insufló nuevos ánimos, aunque duró poco. La salida de Ibán Pérez por Guillermo Falasca tampoco solucionó los problemas, 12-16... 16-19... 19-22, hasta que de repente, dos toques, dos acciones brillantes y el marcador se puso 22-23.
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