Pau Gasol y Carlos Jiménez bromean durante la entrega del DNI electrónico a todos los integrantes de la selección española de baloncesto.

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Despojado del aura de invulnerabilidad que la rodea desde que alcanzó el cielo de Japón, la selección española encara esta noche (21.30 horas) el segundo tramo del Eurobasket consciente de que se ha estrechado notablemente su margen para el error. Grecia, la vigente campeona continental, se cruza de nuevo en el camino de la escuadra de «Pepu» Hernández. El pulso trae recuerdos memorables. Fue el cartel de la final de Saitama y será una buena oportunidad para calibrar el estado real de la selección tras la derrota ante Croacia. Grecia, batida por Rusia en el gran partido del grupo A (53-61) es una selección con manual, pero sin demasiado talento. Sus hombres grandes "Papadopoulos y Vasilopoulos" apenas han dado señales de vida en el torneo y el liderazgo de Papaloukas no es suficiente. Eso si, el conjunto heleno es el actual propietario del Eurobasket y también subcampeón del mundo. Para España, el gran objetivo es vencer, pero también reafirmar que no ha perdido frescura y que administra soluciones para superar cualquier atasco. El grupo de «Pepu» ha empezado a experimentar la presión añadida que azota siempre al anfitrión y tiene claro que nadie gana con la gorra. Pero durante las últimas horas no todo han sido malas noticias. Juan Carlos Navarro ya está listo para jugar. El nuevo jugador de los Grizzlies ha dejado atrás sus problemas físicos y debe disfrutar hoy de sus primeros minutos. Imprevisible, la vuelta de la «Bomba» es un argumento a tener en cuenta para un conjunto que en su último partido arrastró serios problemas en el perímetro.