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El Barcelona recuperó sus señas de identidad y superó al Athletic de Bilbao (3-1) en un partido condicionado por dos decisiones arbitrales, un controvertido penalti y un gol muy dudoso, que permitieron al equipo azulgrana redondear el resultado después de sacar a escena su mejor versión.

El conjunto de Rijkaard jugó más y mejor que el Athletic, hasta parecerse al de sus mejores días, pero el resultado final quedó marcado por Megía Dávila, protagonista en los dos últimos goles del equipo local: un penalti de Gorka a Henry que admite muchas dudas y un tanto inexistente de Touré. Pero más allá del árbitro, el Barca mereció de todas maneras la victoria frente a un Athletic peleón y que fue de menos a más.

De vuelta a casa, el Barcelona fue un equipo más reconocible que el de Santander. Se desplegó desde la retaguardia con dos laterales con pinta de extremos, especialmente un pletórico Abidal, recuperó a un Deco muy batallador y volvió a presionar en cancha contraria, primer punto del decálogo de Rijkaard. Con ánimo de borrar la imagen ofrecida en Santander, el Barca buscó la meta de Gorka Iraizoz desde el pitido inicial para cerrar al menos los debates sobre la actitud del equipo. La puesta en escena pareció intimidar al Athletic. Le intimidó el arranque de Ronaldinho, muy activo en el primer partido del curso en el Camp Nou. El brasileño pidió la pelota para ejecutar una falta al borde del área. Con la facilidad propia de los 'cracks', una pelota contundente y dibujada a la escuadra derecha de Iraizoz, abrió el marcador.

Con el viento a favor, el Barcelona disfrutó de sus mejores minutos de juego. Frente a un Athletic inofensivo, incapaz de mantener la posesión de la pelota, el equipo de Frank Rijkaard recuperó su identidad.

Presionó desde la frontal del área rival y se movió con rapidez. Desarboló al Athletic con su juego de combinaciones y veloz para deleite de una grada que se reencontró con la mejor versión de los suyos.

En una de sus aproximaciones, el árbitro señaló un penalti más que dudoso. Gorka intentó tapar a Henry, y ambos jugadores chocaron en la disputa del balón. El francés golpeó involuntariamente en la cara al portero del Athletic, pero Megía Dávila indicó el punto de penalti. Ronaldinho acudió a la cita y logró el 2-0 sin despeinarse. El panorama del partido ofrecía indicios de goleada, pero el Barcelona rebajó su ritmo en la reanudación. Presentó un disparo al palo de Henry y un par de aproximaciones del debutante Giovani, pero no fue capaz de sentenciar definitivamente el partido para alivio del Athletic.