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Fernando Fernández España engancha, su baloncesto enamora y el Palma Arena no pudo resistirse a los encantos del juego que Rudy y compañía despliegan. El mismo que les permite encarar el último partido de preparación del Eurobasket invictos (7 de 7) y acumular 25 triunfos consecutivos. Los que les han llevado a ser campeones del mundo y a ejercer un dominio aplastante. Alemania ya está acostumbrada a situarse por debajo del rodillo español. Sólo el Europeo de Belgrado adorna su historial particular, pero está visto que si Nowitzki no funciona, Alemania no es nadie. Ayer, el MVP de la NBA o bien se reservó o acabó desquiciado por Pau Gasol en uno de los duelos de referencia del baloncesto contemporáneo.

Sin Navarro ni Garbajosa, España supo navegar ante un rival conocido, uno de los principales escollos que puede hallar en su camino hacia el cetro continental. Sin pisar el acelerador y esgrimiendo un juego efectivo en defensa y ágil a la hora de concretar el contraataque, los de Pepu saldaron un nuevo expediente con victoria (72-56) y brindaron a la hinchada balear una victoria que invita a ser más optimistas si cabe de cara a un Eurobasket que tiene muy buena pinta para los creadores de la «Eñemanía».

El primer cuarto fue un claro reflejo de lo que se prolongó por espacio de media hora más. Espesor en ataque y presión a toda la pista por parte de España para atascar el engranaje alemán, lejos de sus habituales prestaciones. Tuvo que anotar Rudy para poner en pie a la grada (7-4). Sin un claro guión ofensivo, los campeones del mundo apenas hallaban obstáculos para hacerse con el mando del rebote y secar por completo la pólvora de un rival, como Nowitzki, fuera del partido (16-4).