Guillermo Pereyra, ayer, con la máscara facial que le protegerá el rostro en la primera jornada del torneo. Foto: MONSERRAT

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El Mallorca va en busca de su mejor cara. El conjunto insular quiere conservar el aspecto que ha mostrado en el último mes y medio y obtener los primeros dividendos de su esfuerzo veraniego. A menos de tres días para el inicio de la competición, el cuadro bermellón tiene prácticamente listo el traje que lucirá en el estreno ante el Levante y si Manzano recupera finalmente a los futbolistas que están sobre el alambre (Webó y Güiza), irá a por los primeros puntos del ejercicio con toda su artillería. De momento, las previsiones son más que esperanzadoras y lo único que juega en contra del equipo son las estadísticas históricas, ya que no se ha impuesto en la jornada inaugural desde su regreso a la azotea del fútbol español, en el estío de 1997.

El primer encuentro de la campaña será un test de entidad para el proyecto ideado por Grande y sus asesores deportivos. El club ha confeccionado un plantel capacitado para sobrevivir a la amenaza del descenso y, tras una dulce pretemporada, le ha llegado el momento de acreditar su evolución frente a un rival de su misma estatura. El calendario ha querido que el primero en pasar por el ONO Estadi sea el remozado Levante de Abel Resino y eso le va a inyectar a la cita una carga de morbo adicional. La rivalidad entre ambos ha ido en aumento desde aquel amargo pulso de la temporada 2004-05 y ninguno de los dos está dispuesto a conceder ventaja tan pronto. Tanto uno como otro entienden que el resultado tendrá unas consecuencias notables en el plano anímico y pisarán al máximo el acelerador para marcar su terreno.

En este sentido, la semana ha sido muy generosa con el técnico local, que podrá calcar su once de gala en la pizarra del vestuario. Webó emprendió ayer el camino de regreso a Palma tras perder (2-0) en Oita (Japón) el amistoso que protagonizó junto a sus compañeros de la selección camerunesa y aunque tendrá muy poco tiempo para preparar el partido, estará a disposición del entrenador. Primer problema resuelto.

El segundo foco de conflicto del grupo era la duda de otro atacante, Güiza, que se lesionó durante la mini gira que realizó el Mallorca por tierras holandesas a principios de este mismo mes. El jerezano padecía una rotura fibrilar del cuadriceps derecho que le ha mantenido entre algodones hasta hace nada y ayer se reincorporó al grupo bajo la lluvia de Son Bibiloni. En cualquier caso, el jugador no trabajó al mismo nivel que el resto y sólo compartió unos minutos de la sesión colectiva. El resto del tiempo lo pasó ejercitándose al margen (bajo la lupa del prepaardor físico, Toni Servera) y en el interior del gimnasio. Hoy se conocerá definitivamente si el ex del Getafe llegará a punto al encuentro del domingo, pero todo apunta a que así será. El andaluz ha dejado pruebas de su pegada en los bolos en los que ha intervenido desde su llegada y recuperó el cariño de Son Moix con su actuación en el Ciutat de Palma. Pereyra, que también estaba en el punto de mira, ha probado estos días la máscara facial que le preotegerá el rostro de un posible golpe y también podrá vestirse de corto. Así, las únicas bajas confirmadas a día de hoy son las de los sancionados David Navarro y Víctor Casadesús.