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Jorge Lorenzo dio ayer otro recital en el Gran Premio de Catalunya. El líder del Mundial pulverizó todos los registros y se apoderó de la 'pole position' con un tiempo de 1:45.098 que corre el riesgo de instalarse por mucho tiempo en los libros de los récords del cuarto de litro en Montmeló. El mallorquín fue de menos a más en la clasificación oficial para minar la moral de sus principales perseguidores, que en su amplia mayoría no sólo se vieron incapaces de acercarse a los tiempos del defensor del título, sino que también tuvieron muchos problemas para mejorar los tiempos logrados en la clasificatoria del viernes.

Héctor Barberá arrancará hoy junto a Lorenzo sabedor que ayer casi le metió la friolera de un segundo y Andrea Dovizioso saldrá desde la tercera posición precediendo a Àlex Debón, una de las sorpresas del día y una nueva alegría para el equipo Spain's nº1. La mejor manera de enterrar el incidente de Mugello y la mala elección de la táctica en los entrenamientos del Gran Premio de Italia era un golpe de autoridad como el de ayer. Un revés para sus rivales y una dosis de moral y confianza que jugarán un papel decisivo cuando hoy llegue la hora de la verdad. Ya en sus primeros kilómetros del pasado viernes había rodado por debajo del récord del circuito de Dani Pedrosa (1:47.302 en 2004), pero ayer demostró su capacidad para acostumbrarse a correr por debajo del 1:46, algo que no consiguió ninguno de sus rivales y que eran los registros en los que se movían los Doohan, Crivillé y compañía en la etapa de los 500 centímetros cúbicos o incluso mejores que los del propio Valentino Rossi en 2001 en la categoría reina. 24 horas antes de la clasificación oficial el isleño advirtió que era «un tiempazo mejorable» y no fue un farol. Lorenzo voló para desatar el delirio en Montmeló y para meter la directa hacia una nueva victoria que deberá refrendar hoy.

Libres
En la sesión libre matinal el piloto mallorquín ya había puesto de relieve su superioridad. Por segunda vez conseguía bajar del 1:46 y marcaba una pole provisional que dejaba al descubierto su buen ritmo y sus intenciones de prolongar su dominio en el cuarto de litro. Bautista dio primero, Dovizioso después, pero tras dieciséis vueltas era el defensor del título el que paraba el cronómetro en 1:46.244 para tomarse un pequeño respiro para volver a pulverizar su propio registro a falta de 23 minutos para que la última sesión matinal de entrenamientos libres.

El calor fue uno de los factores determinantes en la clasificación oficial de la tarde, en la que ninguno de los nueve primeros clasificados había mejorado sus registros anteriores cuando se rebasaba el ecuador de la sesión. Lorenzo dio el primer golpe a 18 minutos para el final con un tiempo de 1:45.810, pero lejos de conformarse con eso a la vuelta siguiente y aprovechando la aspiración del alemán Heidoff en la curva de La Caixa marcó otro tiempo decisivio: 1:45.598. Lo mejor estaba aún por llegar. Los cambios de gomas, que hoy debido al calor jugarán un papel decisivo, apenas alteraron el guión de Lorenzo, que se mantuvo siempre a mucha distancia del resto. Barberá y Dovizioso tenían que conformarse con sus tiempos previos (1:46.013 y 1:46.201, respectivamente) y también Àlvaro Bautista, que caía hasta la séptima plaza (1:46.436). Tras un breve paréntesis de unos tres minutos en el box del equipo Spain's nº1, el líder del Mundial regresó al asfalto y no sólo para tener el control. El piloto mallorquín se ganaba una ovación digna de Valentino Rossi cuando las pantallas gigantes se hacían eco del impresionante 1:45.098. Para ponerle la guinda a la jornada, Àlex Debón lograba el cuarto mejor registro (1:46.333) y será su gran aliado. También esperaron una progresión interesante el suizo Luthi y De Angelis, que exprimirán sus opciones de asaltar el podio saliendo desde la quinta y la sexta plaza. Jorge Lorenzo ya ha puesto la primera piedra y podría culminar su obra maestra si consigue el ritmo del que ya ha hecho gala. Bien es cierto que en la carrera puede pasar de todo, pero también lo es que el número uno tiene todas las garantías para dar otro zarpazo.