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Fernando Fernández
No le bastaba a Joan Llaneras con excitar hasta los extremos a todos los que abarrotaban el Palma Arena en la jornada del sábado. Por si el recital de la puntuación había sabido a poco, el heptacampeón se propuso el más difícil. No había firmado jamás un doblete y la ocasión bien lo valía. De acuerdo que Carles Torrent no es Isaac Gálvez o Miquel Alzamora, pero el catalán demostró que puede ser una pareja ideal del 'porrerenc' en lo que resta de ciclo olímpico hasta Pekín.

Llaneras estaba dispuesto a vaciarse otra vez por el oro, pero el paso de las vueltas le llevó a replantearse los objetivos sobre la marcha y mirar hacia el bronce. Ganaron todas las vueltas posibles, hicieron dura la carrera cuando ésta lo precisó, pero un ataque checo a seis giros frustró las ilusiones del tándem, que defendió con honor la corona lograda por Llaneras y Gálvez (seguro que orgulloso de las prestaciones de su sustituto) en el reencuentro de los helvéticos Marvulli y Risi con el peldaño más elevado del podio.

Llaneras y Torrent se quedaron a unos metros del tercero, de un bronce que hubiera desatado una euforia. Una vuelta de honor, abrazos familiares y público en pie para despedir al deportista balear más grande de todos los tiempos. La puesta de largo del Palma Arena, su presentación formal y oficial ante el planeta ciclismo, confirma el reinado de Gran Bretaña, y permite acumular récords nacionales y el primero mundial (Anna Meares, 500 metros en 33.588) de la nueva instalación de referencia, un tributo material al deporte del pedal.