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Natalia Arriaga|MADRID
La decisión del Ayuntamiento de Madrid de pedir los Juegos Olímpicos del año 2016 entraña un enorme riesgo, el de que el COI se niegue a conceder dos ediciones seguidas al mismo continente y condene a las aspirantes europeas a la derrota, pero no es un salto al vacío. Desde el año 1956 nunca se han disputado dos Juegos consecutivos en la misma área geográfica. Londres, que se llevó hace ahora un año los Juegos de 2012, y Madrid, que el jueves aprobará una nueva candidatura, parecen dos ciudades demasiado cercanas como para polarizar el mapa olímpico durante casi una década. Pero si algo ha cambiado el COI es que, ahora, lo imprevisible siempre puede ocurrir: Londres se ha convertido en la primera ciudad que organizará tres veces los Juegos, la inexperta PyeongChang estuvo a punto de batir a la cosmopolita Vancouver para el 2010, el béisbol ya no es olímpico...

La gran esperanza de Madrid es que el proyecto de 2016 puede heredar casi íntegros los planes de 2012 y que el grupo de rivales será, con toda seguridad, de menor peso geopolítico que hace un año, cuando tuvo que vérselas con Londres, París, Moscú y Nueva York. Río de Janeiro puede constituirse en la más peligrosa rival de Madrid: sólo su nombre evoca todo tipo de sensaciones positivas en buena parte de la población mundial y los Juegos no se han disputado nunca en Sudamérica. Pero Río tiene en julio de 2007 un reto de envergadura, la organización de los XV Juegos Panamericanos. Madrid retomará su proyecto con más del 80 por ciento de las instalaciones deportivas construidas, en ejecución o proyectadas. Ruiz-Gallardón, dejó claro siempre que grandes infraestructuras olímpicas proyectadas, como el Centro de Deportes Acuático o el Centro de Tenis la Caja Mágica, se construirían aunque la capital no fuera elegida para albergar los Juegos.

El proyecto se estructuraba en tres grandes áreas agrupadas en un radio de 10 kilómetros, una de sus principales bazas. La más importante de las tres áreas era el Sector Este, con el Anillo Olímpico, el «corazón de los Juegos», pues albergaría las principales competiciones y las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Muy cerca del aeropuerto, el centro de la ciudad y el resto de las instalaciones, esta zona, de 250 hectáreas, comprende el Anillo Olímpico, a sólo 650 metros de la Villa Olímpica, y el recinto ferial de IFEMA con el Parque Juan Carlos I. En el primero, con el Estadio Olímpico, el Pabellón, el Velódromo y el Centro Acuático, se celebrarían las competiciones de atletismo, natación, waterpolo, sincronizada y saltos, gimnasia y ciclismo en pista; y en el segundo, fundamentalmente en los pabellones feriales, las de boxeo, lucha o halterofilia, entre otras.