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Resulta complicado dar un paso en Almería sin toparse con un indalo. Este símbolo -un hombrecito con un arco en la cabeza que proviene de las pinturas rupestres- tiene fama de dar buena suerte, un factor imprescindible para ganar la Copa del Rey de voleibol. El talento de la plantilla del Son Amar Palma disminuye la dependencia de la diosa fortuna aunque el grupo de Marcelo Méndez no la pierde de vista porque este torneo no da segundas oportunidades. Ayer, Ultima Hora acompañó al equipo balear en la jornada previa a las semifinales. Un día con los jugadores que han establecido una de las marcas más impresionantes del deporte de las Islas: 26 victorias consecutivas.

Debe ser cierto que las victorias hacen reír porque el ambiente que se respira en el Son Amar Palma no puede ser mejor. Desde que la plantilla se levanta hasta que se retira a dormir las bromas son constantes, aunque en las horas de entrenamiento se trabaja con seriedad e intensidad. La jornada de ayer resultó atípica por la hora de entrenamiento que la organización concedió al Son Amar Palma. El equipo se levantó a las nueve de la mañana y bajó a desayunar media hora después. Los rostros todavía mostraban algo de cansancio por el partido disputado el jueves ante el Lleida y fueron desperezándose a medida que avanzaba la mañana entre partidas a la play station. El entrenamiento comenzaba a las 13.30 horas, así que los jugadores comieron de forma ligera a las 12.30 horas. El trayecto en autobús hasta el pabellón del Unicaja -construido para los Juegos del Mediterráneo de 2005, una instalación de lujo para la práctica de este deporte- fue ameno y el entrenamiento fue de menos a más. Después del calentamiento y de los estiramientos, el típico partido de futbito (el Son Amar juega españoles contra extranjeros porque son seis y seis) destapó la caja de las bromas. Falasca marcó el tanto de la victoria "española" y a partir de ese momento valía todo: cucarachas, explicaciones técnicas del dominio de la pelota.

El trabajo específico de voleibol no permitió adivinar el sexteto que piensa alinear Marcelo Méndez en las semifinales, aunque todo apunta a que será el mismo que jugó ante el Lleida. El trayecto de vuelta al hotel -situado en El Toyo, a casi 20 kilómetros de Almería, en pleno desierto- fue otra excusa para seguir bromeando. Un buen puñado de jugadores cogieron la revista oficial de la Copa al salir del pabellón y allí encontraron una fuente de inspiración. El primero en recibir fue Antiga. Según los organizadores es el mejor jugador del equipo balear y sus compañeros se lo hicieron saber entre risas. También se comentó la edad de Falasca, el mayor del conjunto, mientras Alexis González aprovechaba la página reservada para recoger autógrafos para llevarse un recuerdo de la competición.