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Después de concederse un respiro y elevar su cotización en la tabla, el Mallorca se enfrenta a otra cita clave para mejorar su calidad de vida. La escuadra balear visita esta tarde el centro de operaciones de un Osasuna inmenso y tras varios meses anclado en la vulgaridad, tiene en su mano la posibilidad de instalarse de nuevo en tierra firme. Los isleños, que aún no han podido enlazar dos triunfos consecutivos en el torneo, precisan un golpe de efecto para mantener la dinámica ascendente, pero también para acabar con una maldición que lleva mucho tiempo maniatándole. La formación isleña no ha ganado nunca en El Sadar en Primera y se ha propuesto hacerlo ahora, en plena fiesta navarra. Y es que los de Javier Aguirre, que han ganado todos los partidos que han disputado como locales, quieren pulverizar sus mejores registros a costa de la reacción bermellona (El Sadar, PPV, 17.00 horas).

El grupo que dirige Héctor Cúper acude al estadio más inaccesible de todo el campeonato con el ánimo renovado, pero también con la sensación de que se encuentra ante uno de los retos más excitantes del curso. Después de su convincente actuación en Mendizorroza el Mallorca ha revalorizado sus acciones y ha recargado sus niveles de confianza para pelear por la consolidación definitiva. El propio Cúper reconocía el viernes que el ambiente del vestuario ha sido diferente a lo largo de la semana y que ve a sus hombres capacitados para dar la campanada en El Sadar, del que nadie ha podido extraer un solo punto desde el inicio de la campaña. Ese será el principal punto de apoyo en la capital navarra y uno de los argumentos más válidos para culminar un final de año trepidante, ya que un triunfo frente al Osasuna haría rebosar la moral del vestuario.

Tanto Cúper como Aguirre van a encarar el partido con lo mejor que tienen ahora mismo a su alcance. Aunque ni uno ni otro han querido dar pistas sobre lo que tienen preparado, parece que los planteamientos de ambos están totalmente aclarados. El entrenador mallorquinista, condicionado por las ausencias de Tuzzio, Potenza y Doni, no podrá calcar la alineación que puso en liza en Vitoria y que tan buenos resultados le reportó. Eso implica que la línea defensiva volverá a estar presidida por Iuliano y Fernando Navarro, que tendrán el apoyo de Maciel y Tuni en los carriles. En el caso del extremeño, su salida puede considerarse como una de las noticias más negativas de la semana, ya que unas molestias musculares en las últimas sesiones precipitaron los acontecimientos. Aunque la solvencia de esta zaga está fuera de dudas -la semana pasada el equipo no encajó ningún gol como visitante por primera vez en todo el ejercicio-, pero acarrea un riesgo demasiado elevado porque las posibilidades de recambio para el técnico son nulas y el equipo estará expuesto a una batería de contratiempos. Por delante de la línea de cobertura los encargados de llevar el peso del once serán Farinós y Pereyra, mientras que los carriles serán otra vez para Jonás y Tuni. La pareja atacante tampoco variará y tras la exhibición frente al Alavés Arango y Víctor lucharán por seguir dándole volumen a las estadísticas isleñas.

Liderato
En el caso del Osasuna, Aguirre no ha querido desvelar los jugadores por los que va a apostar esta tarde, pero eso no implica ninguna novedad. El preparador mexicano no ha repetido aún una sola alineación en la Liga y ha acostumbrado a sus futbolistas a un sistemas de rotaciones que funciona a un nivel envidiable. En cualquier caso, el equipo rojillo se mueve a la perfección de manera colectiva y poco importan los nombres de los que estén sobre el campo. Ha aprendido a caminar como un bloque compacto y sin fisuras y su marcha está siendo imparable. Por su campo han pasado ya siete equipos -Villarreal, Sevilla, Cádiz, Celta, Espanyol, Athletic y Alavés- y todos han doblado la rodilla. De hecho, si Osasuna encadena hoy un nuevo triunfo frente al Mallorca se haría fuerte en el ático de la tabla, pero lograría también un récord que hasta hace poco parecía inimaginable. Para alcanzar esa meta Javier Aguirre dispone de su plantel al completo después de haber recuperado a los tocados Izquierdo y Delporte.

Pese a que el Mallorca desconoce lo que es ganar en El Sadar en la máxima categoría, tampoco sabe lo que es perder desde hace varias temporadas. Los isleños han sumado tres empates en las últimas visitas a Pamplona y pese a que Cúper dio por bueno un punto en el caso de que las cosas no salieran a su gusto, los baleares van a buscar una victoria que marcaría un claro punto de inflexión.

Aguirre expresó ayer su temor a que el equipo navarro se relaje: «Me ha costado motivar al equipo porque la euforia no para. Por más que pides prudencia y cautela, el entorno crece y se habla más del equipo de lo que el equipo quiere que se hable, pero es normal, no lo puedes frenar».

Al respecto, agregó: «Hace un par de días tuve que hablar con ellos bien fuerte, porque percibes detalles que me dan luz a que el equipo puede relajarse». El técnico tiene la fórmula: «Lo que más me preocuparía es la actitud. Es fundamental que no nos olvidemos de nuestra actitud. Si nos creemos lo que se dice por ahí nos podemos perder».