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Rafael Nadal sigue siendo el mismo. Al margen del uniforme que deba ponerse para saltar a la pista, el tenis del jugador mallorquín también es letal en el complejo de Flushing Meadows. Ayer superó la primera ronda del US Open tras doblegar a Bobby Reynolds por 6-3, 6-3 y 6-4 en 1 hora y 50 minutos. Nadal se enfrentará mañana miércoles en la segunda ronda del último Grand Slam de la temporada al vencedor del partido entre el suizo George Bastl y el estadounidense Scoville Jenkins.

Mientras Nike continúa utilizando al jugador balear como el mejor escaparate para promocionar sus nuevas prendas -ayer jugó con una camiseta sin mangas muy ajustada-, Rafael continúa extendiendo la «Nadalmanía» por todo el mundo. La organización del US Open es consciente del tirón del nuevo fenómeno de la ATP y colocó desde la primera jornada al mallorquín en la pista central, la Arthur Ashe.

En la cancha más importante de Flushing Meadows, Nadal evidenció que se desplazado a Nueva York con la intención de sumar el segundo Grand Slam de la temporada. El jugador manacorí exhibió la motivación que le ha proporcionado nueve títulos esta temporada desde el primer punto y no tardó en cobrar ventaja en el marcador. En el tercer juego y en su primera oportunidad para romper el servicio de Bobby Reynolds (1-1 y ventajas resto), Rafael Nadal consiguió mantener el intercambio y resolvió con una derecha paralela ganadora (2-1 y saque).

Nadal mantenía con claridad su saque (3-1) y en el quinto juego se permitió el lujo de desperdiciar dos oportunidades para romper el servicio del estadounidense (3-2). El mallorquín dominaba los intercambios, ganaba con autoridad sus saques y cada vez se encontraba más cómodo en el resto. Así el balear resolvió la primera manga en el décimo juego. Con 5-3 disfrutó de un 15-40 para cerrar el parcial y no necesitó hacer nada más. Reynolds hizo un ace en la primera bola de set y cometió una doble falta en la segunda (6-3).

Rafael Nadal le tenía respeto al primer partido. Era consciente de que diez días sin competir y reaparecer en una pista rápida podía pasarle factura, pero el balear realizó un partido notable. Todavía no ha ajustado sus tiros y por eso cometió algunos errores no forzados que no suele cometer, pero lo cierto es que no pasó por apuros en ningún momento. Porque el segundo set también lo resolvió muy pronto. En el cuarto juego (2-1) aprovechó su primera pelota de break para romper el saque de Reynolds (3-1) y mostró a los aficionados norteamericanos algunos destellos del espectáculo que podrán ver las dos próximas semanas. El balear luchaba todas las pelotas y lanzaba sus passings imposibles. Sólo pasó apuros en el noveno juego, cuando con 5-3 y saque Reynolds tuvo dos bolas de break. Nadal las salvó y se anotó la segunda manga (6-3).

El partido estaba prácticamente resuelto y Nadal lo sentenció en el séptimo juego del tercer set. El mallorquín cazó un remate de Reynolds, llegó a una buena dejada y resolvió el punto con un passing de revés paralelo para colocarse con 0-30. Rafael aprovechó esa ventaja y con 15-40 lanzó un potente revés que el estadounidense no pudo controlar con su volea de derecha (4-3 y saque). La ventaja ya era insalvable para Reynolds que terminó cediendo el parcial por 6-4.

Rafael Nadal se enfrentará en segunda ronda con el vencedor del partido entre el suizo George Bastl y el estadounidense Scoville Jenkins. El que no estará en segunda ronda será el argentino Gastón Gaudio, que ayer cedió de forma sorprendente ante el estadounidense Brian Baker por 7-6, 6-2 y 6-4. También avanzaron Nicolás Massu, verdugo de Jan-Michael Gambill (7-6, 6-2 y 6-3), y Ricardo Mello, que se deshizo de Juan Mónaco (6-7, 6-2, 6-1 y 6-4). Kim Clijsters y Serena Williams lograron dos cómodos triunfos.