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J.A.D.|HELSINKI
El atletismo español, con dos medallas y diez finalistas en su casillero, experimentó un claro retroceso con respecto a París 2003 en todos los sectores menos en uno: la marcha, que sigue siendo fuente inagotable de metales para España.

El sexto puesto de Natalia Rodríguez en 1.500 dejó un buen sabor de boca en el equipo español, que tanto por número de medallas como por finalistas (clasificados entre los ocho primeros) sufrió un retroceso de diez años. Desde Gotemburgo'95 España, que siempre ha conseguido al menos una medalla en los Mundiales, no se había quedado en dos, y siempre había tenido diez o más finalistas.

El equipo español se las prometía felices el primer sábado, al término de la jornada inaugural. En un solo día, dos medallas: Paquillo (plata en 20 kilómetros marcha) y Juan Manuel Molina (bronce en la misma prueba).