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Carlos Torres|PAU
El estadounidense Lance Armstrong ha dejado claro en las quince etapas disputadas que sigue siendo el rey del Tour y que actualmente no tiene oposición, por lo que saldrá de los Pirineos tras la jornada de descanso en marcha triunfal hacia París, donde le espera un retiro dorado. El Tour reposó y tomó aliento en Pau con Armstrong de amarillo intenso, el italiano Ivan Basso como futuro sucesor y el danés Rasmussen en el papel de revelación. Son ahora los tres ocupantes del podio a falta de 6 etapas. Del resto de favoritos, Ullrich y Vinokurov nunca inquietaron al poder establecido, y especialmente decepcionante ha resultado el dúo español Roberto Heras-Iván Mayo, perdidos en la general y hundidos en la montaña, su terreno. Solo Francisco Mancebo aguanta el tipo en sus marcas, quinto en la general y con opciones de mejorar.

El Tour echa en falta a Alejandro Valverde, el único corredor que le ganó un mano a mano a Armstrong y le paró un poco sus ímpetus imperiales. El español se llevó la etapa reina de los Alpes en Courchevel y luego se retiró lesionado en la decimotercera etapa camino de Montpellier. Había despertado la ilusión de la afición española, y al menos, a sus 25 años y con el maillot blanco de mejor joven, dejó una imagen de futuro prometedor.

Los Alpes y los Pirineos no han logrado cambiar el guión marcado por el campeón texano. Si bien su dominio no ha resultado hasta el momento tan contundente como en años anteriores, -no ha ganado ninguna etapa, aunque quedan las cronos- ha mostrado superioridad y sentido táctico para ir adquiriendo ventaja en pequeñas dosis. No ha sido demoledor, pero sí constante en su trayecto. El camino hacia París no se presenta precisamente plagado de optimismo para los españoles. En 2004, Mancebo, Sastre y Pereiro acabaron en el «top ten». Este año solo Mancebo, siempre regular, opta a poner su nombre en la lista.