Grande, junto a Borja Fernández. Foto: TERESA AYUGA/CARLOS FERRER

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Su nombre había sido uno de los más pronunciados durante las últimas semanas y desde que el Mallorca se propuso iniciar la reforma de su plantilla su rostro siempre había aparecido ligado al nuevo proyecto. Borja Fernández Fernández (Ourense, 1981), uno de los pavones con más peso específico de la temporada pasada, ya está en Isla y ha empezado a sudar la elástica bermellona. Pese a que su incorporación al club balear iba camino de eternizarse, el Real Madrid acabó abriéndole la puerta y el galllego ha podido cumplir una de sus grandes metas a corto plazo. Es el tercer fichaje oficial de la era Grande, llega en calidad de cedido y está a llamado a convertirse en uno de los pilares del conjunto de Cúper con su aportación en la sala de máquinas.

«Había varias opciones interesantes, pero me convencía más la del Mallorca y aposté por venir aquí», explicaba ayer Borja en su presentación como jugador del Mallorca. El pivote era uno de los futbolistas más codiciados del mercado estival y pese a disponer de un amplio abanico de propuestas, él siempre había subrayado su interés por recalar en la SAD balear para disponer de minutos y recuperar el tiempo perdido: «Cuando vi las posibilidades que tenía la que más me iluminó fue la del Mallorca y aunque la del Celta también me atraía por ser un equipo de mi tierra, aquí estoy», matizaba.

Aunque se estrenó como merengue en un partido de Copa de la campaña 2002-03, Borja habitaba en la primera plantilla del Real Madrid desde que Carlos Queiroz le diera al alternativa en septiembre de 2003, en un choque frente el Villareal (1-1). Desde entonces ha jugado un total de 23 partidos de Liga y 4 de Champions y a finales del ejercicio pasado, Vanderlei Luxemburgo recurrió a su visión de juego para amortiguar la ausencia de Tomas Gravesen. Llegó a ser titular en dos ocasiones cuando su equipo aceleraba en busca del título, pero la llegada al Bernabéu de hombres como Pablo García le habían recortado sus posibilidades de cara al nuevo curso y el de Ourense preparó las maletas para mejorar sus estadísticas y recopilar experiencia.