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A.P./Efe
No era el día más apropiado. No porque Gerardo González y el grupo de la oposición eligieron la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de ayer para volver a mostrar su más absoluto rechazo a Angel María Villar y a su junta y torpedearon el acto. Sin duda eran unas condiciones muy complicadas para que pudiera tratarse el tema de los ascensos directos de los equipos de la Tercera División balear a Segunda División B.

La jornada de ayer comenzó a complicarse muy pronto. La delegación balear que acudió a la Asamblea de la RFEF se encontró que su propuesta no figuraba en el orden del día por un problema de forma. Juan Pocoví, presidente del Montuïri, y Luis del Olmo, vicepresidente de la Federación de Fútbol de las Illes Balears (ambos asambleistas de la Española), presentaron una protesta ya que entendían que la petición se había realizado de acuerdo a todos los requisitos de la RFEF.

Los responsables federativos se negaron a replantear su decisión y les dijeron que les mandarían una carta exponiendo los motivos. De todos modos, Miquel Bestad, presidente de la FFIB, aprovechó la jornada para seguir sumando posibles votos para volver a plantear la propuesta en la próxima Asamblea. El máximo mandatario de la Balear manifestó que «ayer era imposible sacar la propuesta adelante porque necesitamos el apoyo de todos los presidentes de las federaciones territoriales».