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Efe|LONDRES
Cientos de británicos reunidos ayer en la emblemática plaza de Trafalgar expresaron su euforia por la victoria de Londres para ser sede de los Juegos Olímpicos de 2012. Con globos y banderas británicas, los ciudadanos no pudieron ocultar la alegría después de que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, abrió el sobre para anunciar que Londres albergará los tan preciados juegos.

La estatua de Nelson, en la plaza de Trafalgar, está cubierta con un gran afiche que dice: «Gracias», mientras los británicos siguían los acontecimientos que se producían en Singapur por una pantalla gigante.

La capital británica quedó finalista con París, la favorita en principio, para ser sede de los Juegos Olímpicos de 2012. La noticia se conoció en el día en que comienza la cumbre anual del Grupo de los Ocho (G8, los siete países más ricos del mundo y Rusia) en Gleneagles, Escocia, donde el primer ministro británico, Tony Blair, llegó ayer por la mañana desde Singapur.

En los últimos dos días, Blair apoyó, acompañado por su esposa, Cherie, la candidatura de Londres para conseguir los Juegos de la XXX Olimpíada. Por la noche de ayer estaba prevista la llegada a Gleneagles del presidente francés, Jacques Chirac, quien también estuvo en Singapur para dar su respaldo a París, hasta último momento favorita.

Tras haber quedado finalista junto con la capital francesa, las esperanzas de la capital británica se habían desbordado en un clima de anticipación que vio cumplido su gran sueño. Londres consigue los Juegos después de un intenso trabajo de más de un año por parte del comité organizador de Londres 2012, con el ex atleta británico Sebastian Coe al frente.

En Singapur también estuvieron la princesa Ana; el jugador del Real Madrid, David Beckham, y el alcalde de Londres, Ken Livingstone, entre otras figuras destacadas del Reino Unido. Con edificios emblemáticos y su gran dinamismo, Londres da cabida a incontables razas, lenguas y culturas.

Todo lo contrario sucedía en París. Una mezcla de enorme decepción e incredulidad se ha adueñado de los franceses, privados por tercera vez en veinte años de la organización de unos Juegos Olímpicos, tras la victoria de Londres sobre París para 2012. «No creo que nos volvamos a presentar, no nos quedan ganas», afirmó Dominique, una joven parisiense que pensaba ser voluntaria en los Juegos en París.

Enmudecidos
Las miles de personas que habían acudido a la plaza del Ayuntamiento de París para seguir en directo el resultado de la votación en Singapur a través de una pantalla gigante enmudecieron cuando el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, anunció la victoria de Londres.

El silencio dio paso a las lágrimas y, posteriormente, a los abucheos y silbidos que encontraron dos blancos: el COI y Londres. «Por lo menos que hubiera ganado Madrid», se lamentaba Francois, un parisino que miraba incrédulo a la gran pantalla.

Una fina llovizna comenzó a caer en París y a dispersar a los decepcionados asistentes. Tristan, estudiante de 19 años, se lamenta abrazado a su novia, Adeline, de «no poder cumplir el sueño de ver los Juegos en el Estadio de Francia». Menos aficionada al deporte, Adeline reconoció una gran decepción porque esperaba que los Juegos en 2012 le ayudaran a encontrar uno de las decenas de miles de empleos que los políticos habían prometido crear por ese motivo.

«Los Juegos Olímpicos eran una magnífica oportunidad para el desarrollo económico y deportivo de Francia. El trabajo realizado no está perdido», expresó en un comunicado el presidente galo, Jacques Chirac, que supo que el COI había preferido la opción británica cuando viajaba de Singapur a la cumbre del G8 en Escocia.

Chirac, que sufre así un nuevo golpe, deseó «buena suerte» a los británicos, a la vez que agradeció al equipo de la candidatura de París su trabajo, «profesionalismo y espíritu de juego limpio».