TW
0

El Mallorca ya está de vacaciones. La plantilla realizó ayer la última sesión preparatoria y Héctor Cúper cerró el curso haciendo balance de la temporada. El técnico argentino abrió el periodo de autocrítica y defendió el derecho de celebrar la permanencia pese a la necesidad de mejorar muchos aspectos. El de Chabás remitió al contrato por tres años que firmó en octubre para hablar del futuro, aunque tampoco no desveló si su continuidad está al cien por cien vinculada a la del presidente Mateo Alemany.

Festejos. Cúper inició su última rueda de prensa de la campaña reclamando el derecho a celebrar la consecución de la permanencia: «Cuando decimos que el aficionado es el rey de esto dejémosle festejar, porque si encima que hemos sufrido tenemos que ocultar la alegría entonces me queda la sensación de que estamos todos contentos y que tenemos que poner cara de preocupados. Todos tenemos derecho a festejar. Que cada uno celebre como quiera y ya buscaremos la fórmula para que todo lo malo que ha sucedido en la presente campaña, que ha sido mucho, no vuelva a suceder más. Parecía que habíamos ganado la Copa del Mundo e internamente es como si hubiéramos ganado la Copa del Mundo».

Futuro. Pese a las dificultades vividas, el discurso del preparador respecto a su continuidad no ha variado: «Digo lo mismo que hace dos meses. Tengo un contrato de tres años y ya pasó uno. El compromiso está ahí y puede haber alguna cosa que cambie eso, pero no creo».

Alemany. Cúper cita su contrato para hablar de su futuro en la Isla, pero no desliga tajantemente su continuidad de la del presidente: «Si el presidente está haciendo una evaluación es cosa de él y yo tengo que repetir que el que me ofreció un proyecto de trabajo fue él y ésto nació juntos. No veo porque a los seis o siete meses se debería cortar».

Contratiempo. La incógnita sobre la presidencia puede convertirse en un obstáculo para la planificación del próximo ejercicio y, aunque Cúper espera que no, considera que lo indicado es ponerse manos a la obra lo más rápido posible: «El presidente es Alemany y me voy a mi casa pensando que al día siguiente lo será. Seguramente cuanto antes se empiece a trabajar, aunque yo esté de vacaciones, creo que será mejor para el futuro. En cualquier caso, no creo que la decisión de Mateo sea para tan largo».

Situación. El técnico mallorquinista reflexionó también sobre la influencia que han ejercido los últimos meses en sus planes: «Hay muchas cosas que mejorar y yo estoy muy bien en la Isla. Cuando uno habla de un contrato no se rompe así como así. Un entrenador se va de un club porque lo echan y o por alguna situación personal, pero cuando llegué siempre pensé que cumpliría el contrato.

Proyecto. En su presentación, Alemany adelantó la intención de iniciar una nueva fase con resultados a medio plazo, pero la mala temporada ha retrasado los periodos de ejecución retrasando la meta final: «Los proyectos tienen que tener ciertas prioridades y uno puede tener cinco o seis cosas por hacer, pero hay algunas que necesitan resolverse de inmediato y otras que pueden posponerse durante algún tiempo. En principio fue la idea y yo creí que si las cosas mejoraban podríamos avanzar en otros temas, pero no avanzamos nada. Y es que el primer equipo necesitó toda la atención y copó las horas de trabajo».

Clave. La resurreción mallorquinista en el tramo final del campeonato se debe, según Cúper, a dos factores: tocar fondo tras perder ante el Zaragoza y la caída en picado del Levante: «Tras la derrota ante el Zaragoza nos miramos a los ojos y decidimos que era el momento de tirar todos hacia el mismo lugar porque era imposible salir de ahí abajo tirando cada uno por su sitio o sin mantener el mismo nivel de compromiso. Tocar fondo fue una clave. Puede ser contradictorio, pero en ese momento todo suma. El milagro es que hubo otro equipo que de treinta puntos sumó tres».

Físico. Uno de los aspectos en los que se notó la mejoría bermellona fue en la parcela física, pero Cúper eludió criticar el estado en el que se encontró al plantel: «Cada uno tiene una forma y nosotros hemos tenido que mejorar. Físicamente el equipo en los últimos nueve partidos experimentó una reacción, mientras que hubo momentos en los que se intensificó el trabajo y el jugador lo sintió el día del partido. Son formas de trabajar diferentes, pero las dos cosas dan resultado».

Arango. La reaparición del venezolano fue importante para el Mallorca y su entrenador valoró positivamente la capacidad de recuperación del centrocampista zurdo: «Yo sufrí una lesión similar cuando estaba en activo. No estuve como él, pero estuve siete meses de baja y sé lo que es volver al terreno de juego con el temor de volver a chocar. Su reacción anímica fue muy buena y el aporte futbolístico también».

Conclusiones. El argentino sacó ayer a relucir por qué fue complicado hacer arrancar al equipo: «La parte más importante es armar el equipo con una línea de juego o con jugadores especiales para tareas específicas. Reconvertí algunas cosas, pero no pude darle un mínimo de seguridad defensiva al equipo. Jugador por jugador hay buenos jugadores en la zaga y busqué la manera, pero no di con la tecla justa. Muchas veces uno pretende que el grupo tenga un carácter y a veces es muy difícil cambiarlo porque es pedirle algo a alquien al que le cuesta mucho sacarlo».

Levante. Para el de Chabás, los dardos que llegaban a la Isla procedentes de los inquilinos del Ciutat de València eran parte de una táctica para desestabilizar: «Yo pensé en su momento que es una estrategia que se ha usado como un entrenador busca una táctica para sorprender al rival. Hay cosas menos creíbles como que alguien pueda llamar desde aquí y contar que habrá un gol después de una jugada por la derecha, ésto me parece de una película. Cuando lo escuché pensé que querían distraernos y pensé que no nos podían sacar de lo nuestro».

Problemas. Durante algunas jornadas el técnico rojillo varió su actitud en el banquillo y probó fórmulas que parecían encaminadas a mejorar su comunión con el plantel: «El entrenador nunca pierde el vestuario porque si lo hace es que no hay respeto. En un club no puede haber ningún jugador que no respete la jerarquía. Ha sido una temporada terrible y hemos intentado hacer de todo. No lo he hecho bien porque hubiéramos evitado un montón de cosas y dentro de las pruebas he probado quitar presión, darle, permanecer en el banquillo o gritar, pero la dinámica era tan negativa que era muy complicado. El conjunto de todo hace que la experiencia haya sido muy enriquecedora».

Liga. El nivel del campeonato de la regularidad ofrece la sensación de haber decrecido, pero Cúper sostiene que es bueno: «Ha sido una Liga muy buena. He visto a un Villarreal, a un Betis, a un Barcelona... un fútbol completo. Vi una Liga muy buena en el que lógicamente hubo partidos buenos y otros que no lo fueron tanto, pero en resumen considero que existe un buen nivel».

Barcelona. No ha conseguido los registros goleadores de antaño, pero Cúper analiza que ha logrado el título basándose en un ideal de juego sólido: «El Barça ha conseguido un equilibrio muy bueno y ha estado compensado. Le han hecho muy pocos goles, pero a mí cualquier cifra me parece poca comparada con nuestros números».

Sorpresas. Acerca de las sorpresas que ha deparado el campeonato, el entrenador bermellón expresó su opinión: «El equipo que más me ha gustado hasta el final es el Villarreal, aunque también me gustó el Espanyol. El jugador ha sido el colombiano Perea porque lo vi jugar en Boca en un par de ocasiones y la verdad es que el nivel que ha tenido en el Atlético de Madrid me ha sorprendido, aunque también lo ha hecho su compañero Pablo. En cualquier caso, el jugador de la Liga ha sido Samuel Etoo».